La juventud en el mundo árabe
Los jóvenes de entre 15 y 24 años constituyen algo más de un tercio del total de los habitantes de los países árabes, representando el segmento de población más numeroso, según los últimos datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Por esa razón, el segundo número de la revista culturas, publicación cuatrimestral de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, ha querido arrojar luz sobre algunas de las cuestiones que más directamente afectan a los jóvenes en el mundo árabe, poniendo especial énfasis en aquellos elementos compartidos que hacen posible abordar este tema de forma global. No se puede obviar que grandes diferencias en cuanto a renta, geografía o composición social separan a los países de esta región, sin embargo, también se pueden localizar desafíos comunes derivados, entre otros factores, del elevado crecimiento demográfico experimentado en los últimos años, el denominado “youth bulge”. Por este motivo, se ha adoptado una aproximación transversal, ya que el haber realizado un estudio país por país habría resultado en un análisis quizás más profundo pero poco práctico y, en muchos sentidos, repetitivo, de estas cuestiones. Se han incluido, asimismo, dos ejemplos de casos-estudio centrados bien en una zona geográfica específica –Siria– o en una población concreta –los palestinos– que sirven como testimonios para ilustrar algunos de los temas generales. Finalmente, hemos querido incluir un apartado dedicado a la situación de las jóvenes, dadas las especiales circunstancias de este colectivo.
Son muchos, por tanto, los aspectos que unen a los sectores más jóvenes de las sociedades árabes. Prácticamente todos los países de la región han experimentado un crecimiento en la tasa de desempleo de los jóvenes entre los años 1999 y 2004. Como consecuencia, la juventud conforma en la actualidad alrededor del 44% del total de los desempleados, según el Informe sobre la Región Árabe 2005 de las Naciones Unidas. La escasa capacidad de creación de puestos de trabajo de muchas de estas economías dificulta aún más el acceso de los nuevos trabajadores al mercado laboral, al tiempo que aquellos con mayor preparación académica se topan con severos obstáculos a la hora de encontrar un trabajo que se ajuste a sus cualificaciones, lo que ya ha dado como resultado una fuga de cerebros que preocupa a los gobiernos locales. Igualmente, los avances logrados en el terreno de la educación quedan restringidos por la continuada reproducción del analfabetismo entre los jóvenes, ya que el índice de alfabetización de la región en su conjunto se encuentra entre los más bajos del mundo. Por otro lado, las nuevas generaciones de estudiantes se quejan sobre la metodología de estudio basada en la memorización rutinaria que predomina en casi todos los centros de enseñanza y han comenzado a participar en movimientos sociales surgidos a menudo en las universidades, en los que se defienden intereses suyos específicos, alejados de las pautas marcadas por los partidos políticos tradicionales.
Al mismo tiempo, los rápidos cambios en las tecnologías de la comunicación están comenzando a tener un impacto en la juventud árabe. Tanto internet como los teléfonos móviles han jugado un papel relevante en el auge del activismo en la sociedad civil, del que es buen ejemplo el uso que la plataforma popular egipcia Kifaya (Basta) hizo del portal de internet Facebook en abril de 2008. Estas herramientas sirven también como canales alternativos de comunicación, en sociedades donde las costumbres están a menudo sujetas a un estrecho control del Estado.
Sin pretender ser exhaustivo, este segundo número de culturas quiere contribuir a una mayor comprensión de las preocupaciones, necesidades, valores y hábitos de las nuevas generaciones en el mundo árabe, los jóvenes que moldearán el futuro de la región. •