Rochelle Davis
Assistant Professor, Culture and Society Center for Contemporary Arab Studies, Georgetown University. [+ DEL AUTOR]

Tradición y modernidad

Muchos de nosotros pensamos que en el mundo en vías de desarrollo existen luchas entre tradición y modernidad, independientemente de que estén relacionadas con las economías tradicionales, los sistemas políticos modernos, la cultura, la sociedad o la vida familiar. Pero “tradición” y “modernidad” son conceptos mal definidos. ¿Qué constituye la tradición? ¿Y qué es la modernidad? Al pensar en cómo utilizamos estos conceptos, a menudo definimos la tradición como algo conservador o antiguo, y lo moderno como algo nuevo y progresista. Pero no es necesariamente así como la gente en el mundo árabe piensa en la tradición y la modernidad, y los jóvenes han asimilado en sus vidas sin ningún problema tanto la forma moderna como la forma tradicional de pensar y de comportarse, así como los productos y las tecnologías. En el mundo árabe actualmente los jóvenes utilizan formas tradicionales para expresar valores modernos, y formas y tecnologías modernas para expresar conceptos y comportamientos tradicionales. ¿Son la modernidad y la tradición comportamientos, valores, cosas, o los tres elementos a la vez? Este artículo estudia la modernidad y la tradición entre los jóvenes en el mundo árabe actual, examinando los temas que mejor expresan sus complejas e interrelacionadas actitudes, comportamientos y valores.

Una joven libanesa con una camiseta con los colores de la bandera de Líbano

Una joven libanesa con una camiseta con los colores de la bandera de Líbano durante el acto de conmemoración del tercer aniversario de la muerte del antiguo primer ministro, Rafik Hariri. Beirut, Líbano, 14 de febrero de 2008. / Wael Hamzeh

En general, escribir sobre el mundo árabe no es tarea fácil, no solo por la amplia variedad en términos de riqueza económica, sino también en cuanto a las circunstancias geográficas, políticas y sociales dentro de los propios países de la zona y entre los diferentes Estados. Aunque la gran mayoría de la gente en el mundo árabe es musulmana, existen comunidades cristianas antiguas y significativas en Siria, Líbano, Egipto, Iraq y otros países. Lo que une a los distintos países del mundo árabe, además de la lengua árabe y un sentimiento de identidad árabe, es que el 60% de la población de la región tiene menos de 30 años. Por lo tanto, cada uno de los países se enfrenta a problemas similares con respecto a la necesidad de ampliar la educación, la vivienda y el empleo y a otras preocupaciones cuando estos jóvenes van llegando a la mayoría de edad, estudian, pasan a formar parte del mercado laboral y se casan. En Yemen, el 49% de la población en 2001 tenía menos de 15 años, lo que lo coloca en el cuarto lugar del mundo respecto al porcentaje de población infantil. Los Estados del Golfo Pérsico –Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Bahrein, Omán y Arabia Saudí– están entre los países con mayores ingresos de todo el mundo, lo que les permite importar cantidades ingentes de mano de obra extranjera (tanto árabe como asiática) que trabaja por salarios mínimos en el sector servicios. Yemen, por otra parte, también está situado en la península arábiga, pero al no tener recursos petroleros significativos, es uno de los países árabes menos desarrollados y económicamente más pobres, con un Índice de Desarrollo Humano de 0,508 (sobre 1) según los datos de la ONU, ocupando el lugar 153 de 177 en el mundo, tiene una expectativa de vida de 61,5 años (la mayor es la de Japón con 82,3 años), un analfabetismo entre adultos del 54,1% (el puesto 119 de 139), junto con una tasa de escolarización de solo el 55,2% y un Producto Interior Bruto per cápita de 930 dólares al año. Los países norteafricanos de Marruecos, Argelia y Túnez están desarrollando nuevos programas sociales de educación e igualdad de género, pero sufren políticas estatales represivas con respecto a las actividades políticas y las libertades de expresión, reunión, etc. Sin embargo, de forma más destacada, la represión estatal directa de las actividades políticas afecta a las poblaciones de Libia, Siria y Arabia Saudí, y otros muchos países árabes vigilan estrechamente e incluso llegan a prohibir la actividad política de la oposición y la prensa. Y mientras la inestabilidad política caracteriza la situación en Líbano y Egipto, la guerra indiscutiblemente domina la vida de los habitantes de Iraq y Palestina. Ser joven en el mundo árabe hoy en día significa tener más libertad económica y política de la que tuvieron sus padres y abuelos, pero es seguir sin tener acceso a estructuras democráticas; es tener un mayor acceso a productos de todo el mundo, pero el poder comprarlos o no depende de la clase económica a la que se pertenece y el país en el que se vive; es tener mayores oportunidades educativas que nunca hasta el momento, pero estar limitado a un programa de estudios bastante falto de imaginación que se basa en la memorización; es tener acceso a las increíbles tecnologías de la información y los medios de comunicación; y es vivir sujeto por vínculos familiares fuertes que abarcan a toda la sociedad.

Los jóvenes utilizan formas tradicionales para expresar valores modernos, y formas y tecnologías modernas para expresar conceptos y comportamientos tradicionales

SER MODERNO Y MUSULMÁN

En el mundo árabe y musulmán contemporáneo, ser moderno no se considera necesariamente concomitante con ser laico, que es la forma en la que se ha definido la modernidad en Occidente. En lugar de eso, la modernidad a menudo está imbuida de ideas sobre cómo ser un buen musulmán. El rico trabajo etnográfico de Lara Deeb sobre los chiíes en Líbano revela que la gente piensa que es moderna y musulmana, y que el incremento de la devoción es un elemento importante de expresión de la modernidad, frente a la tradición, que se ve como ignorar los valores musulmanes. De forma similar, los programas emitidos en canales de televisión por satélite de Amr Khaled, un supuesto reformista musulmán proveniente de Egipto, utilizan ideas de autoayuda y activismo en la comunidad para animar a los jóvenes musulmanes a tener una mayor conciencia espiritual y una mayor fe. En concreto, su programa Life Makers (Hacedores de vidas) ha engendrado grupos locales en Egipto, Jordania y otros lugares para propagar las ideas de desarrollo social comunitario que se defienden en el programa. En un capítulo titulado “Seriedad”, dentro de la serie Life Makers, Khaled dice lo siguiente en contra de la trivialidad de los medios de comunicación populares y la industria de la música:

“Cuando nace un niño, todo lo que le preocupa es el mundo de las cosas que lo rodea. Cuando crece, poco a poco, comienza a interesarse por el mundo de las personas. Ese es el momento en el que empieza a reconocer a su padre y a su madre. Al seguir creciendo, se va viendo progresivamente afectado por las ideas que lo rodean. El peligro de la trivialidad es que mantiene a los musulmanes bloqueados en el mundo de las cosas. Por consiguiente, se convierten en niños grandes que no maduran nunca. El difundir la trivialidad, la falta de seriedad y el asesinato de las ideas es un problema muy serio que nos deja sin esperanza. Por lo tanto, me dirijo a todas las personas a cargo de los medios de comunicación en el mundo árabe, a todos los directores, a todos los productores, a todos los autores y a todos los escritores de las letras de las canciones, y les digo: por favor, no matéis las ideas, porque queremos resucitar a nuestros países. Si amáis a vuestros países y amáis el islam, por favor, no nos llevéis por el mal camino. No construyáis vuestra fortuna a base de matar las ideas entre los jóvenes. No os sintáis satisfechos del dinero que estáis acumulando al difundir la trivialidad entre los jóvenes. El interrogatorio el Día del Juicio Final será difícil.”

El incremento de la devoción religiosa es un elemento importante de expresión de la modernidad, frente a la tradición, que es vista como una forma de ignorar los valores musulmanes

Khaled condena a aquellos que trabajan en los medios de comunicación y que comercializan con el sin sentido y el material trivial con atractivo sexual para atraer más audiencia. Aunque su objetivo es el mismo que el de la institución religiosa que condena los vídeos musicales y los programas de televisión que muestran mujeres desnudas por considerarlos haram o prohibido por el islam, sus razones son diferentes. Khaled piensa que esas cosas son triviales, inútiles para la construcción de un país y una sociedad mejores, y que les quitan la energía y las capacidades a los jóvenes. Aunque se dirige directamente a los realizadores y productores de ese tipo de material, también incluye al público potencial y sugiere que ellos también están participando en el proceso de atontar a su sociedad y a ellos mismos al ver dichos programas. De modo que al condenar esa programación, se diferencia fundamentalmente del mensaje religioso tradicional que dice que esas cosas están prohibidas para los musulmanes (y es posible que crea que es así, pero no habla de ello). En lugar de eso, elige un método retórico diferente para comunicar que no ordena hacer lo correcto, sino que sugiere que la decisión correcta contribuirá al desarrollo del individuo, así como de la sociedad y del país.

LOS JÓVENES, EL PAÑUELO Y LA MODA

Mucha gente en Occidente piensa que el pañuelo que cada vez más mujeres musulmanas llevan actualmente es algo “tradicional”. Es cierto que forma parte de la tradición cultural de los musulmanes, los cristianos y los judíos en Oriente Medio, al igual que en el caso de muchas europeas de las zonas rurales hasta hace poco. Pero la nueva aparición del pañuelo en el mundo contemporáneo está unida a los movimientos religiosos musulmanes y no es una vuelta a la “tradición”. En lugar de eso, las mujeres llevan ahora el pañuelo por distintas razones, incluso con mucha frecuencia porque creen que deben cubrirse el cabello como musulmanas devotas, y porque se ha convertido en una moda dominante entre jóvenes y mayores.

En el Levante y en Egipto las nuevas ideas de lo que es la modernidad subrayan especialmente una renovación de la moralidad religiosa y una compresión del pasado tradicional como algo retrasado e ignorante. Después de un cambio significativo en las modas urbanas en la década de los 20, cuando las mujeres dejaron de cubrirse el rostro y el cabello, el pañuelo pasó a ser algo poco frecuente en las ciudades hasta los años 70. Hoy en día, muchas mujeres jóvenes y mayores llevan pañuelo y ropa que les cubren todo el cuerpo excepto las manos y los pies. Sin embargo, no están volviendo a utilizar los vestidos largos tradicionales de sus abuelas. En vez de eso, las extremadamente devotas llevan jilbabs o un sobretodo que oculta la figura, mientras que la mayoría de las jóvenes visten el llamado “sport Islami”: chaquetas o camisas de manga larga que llegan por debajo de las caderas y pantalones largos o falda larga y un pañuelo. Algunas mujeres incluso utilizan ropa ajustada que muestra sus curvas a la vez que se cubren el cabello.

En los países del Golfo Pérsico, las mujeres llevan nuevas interpretaciones de la abaya (toga) negra y larga típica de la zona, que solo tiene en común con la ropa que llevaban sus madres y abuelas, aparte del nombre, el color. La tela ahora es de poliéster e importada del este de Asia, el bordado se hace a máquina y no a mano, y los diseños los realizan a escala global diseñadores famosos de todo el mundo. Es una visión moderna de un vestido tradicional; no es completamente nuevo, ni totalmente antiguo o tradicional. Igualmente, el mundo económico y moderno del petróleo y el comercio internacional ha mejorado enormemente la prosperidad económica de la región del Golfo, lo que significa que las mujeres ahora tienen armarios llenos de abayas y otras ropas.

La nueva aparición del pañuelo no es una vuelta a la “tradición”. Las mujeres llevan ahora el pañuelo, entre otras razones, porque se ha convertido en una moda dominante entre jóvenes y mayores

Este tipo de nueva modernidad que considera la práctica religiosa como algo moderno y las antiguas prácticas tradicionales como no islámicas también se expresa en las relaciones de los jóvenes con las instituciones religiosas y las organizaciones caritativas. En Egipto, las mujeres están asumiendo el papel de predicadoras a otras mujeres [da`iya] y asisten a conferencias y sermones en las mezquitas en números que no se habían visto nunca antes en el siglo XX. A la vez que expresan un conservadurismo que circunscribe sus comportamientos individuales a una interpretación extremadamente estricta del islam (como no recibir a los amigos varones del marido en la casa), encuentran una liberalización personal y espiritual a través de su incrementada devoción. Sin duda, los problemas del Egipto contemporáneo contribuyen a una vida moderna que muchos egipcios encuentran difícil –problemas como la pobreza, la creciente población, la violencia estatal, el creciente poder de las autoridades religiosas en la sociedad y el gobierno, la corrupción, la aparición de grupos islámicos, la creciente ausencia de servicios del Estado, etc.–. El que el Estado egipcio socialista “tradicional” en el que tantos egipcios llegaron a la mayoría de edad ya no sea una opción posible y el hecho de que en el Estado moderno las empresas capitalistas creen más riqueza para los que ya son ricos han dejado agujeros enormes en las vidas materiales de una población cada vez más empobrecida.

Una universitaria egipcia sostiene un ejemplar del Corán durante las protestas en la Universidad de El Cairo

Una universitaria egipcia sostiene un ejemplar del Corán durante las protestas en la Universidad de El Cairo contra el ataque israelí a Siria y el apoyo de Estados Unidos a Israel. El Cairo, Egipto, 7 de octubre de 2003. / Khaled El-Fiqi

EDUCACIÓN MODERNA, MÉTODOS TRADICIONALES

Hace cien años, cuando el Levante era parte del Imperio Otomano y el Norte de África (el Magreb) estaba bajo el gobierno colonial francés, solo un pequeño porcentaje de la población, como en el resto del mundo, estaba alfabetizada. La educación se limitaba a la lectura y la escritura del Corán y a la aritmética simple en el caso de aquellos que sí iban a la escuela (llamada entonces kuttab). Una pequeña élite iba a escuelas públicas e instituciones privadas que educaban a un reducido grupo de personas destinadas a convertirse en funcionarios del gobierno. La situación no cambió mucho hasta después de que estos países consiguieran la independencia en los años 50 y 60, cuando los nuevos gobiernos pusieron de relieve la educación universal y global. Aunque ha sido necesario cierto tiempo para llevar dichas visiones a la práctica, se han producido cambios importantes: en el año 2004, el 81% de los niños en edad escolar estaban escolarizados. Estas estadísticas revelan una división drástica entre las zonas urbanas y las rurales: más del 70% de los 6 millones de alumnos en edad escolar que no están escolarizados residen en zonas rurales (y el 59% de esos 6 millones son niñas). Pero la permanencia en la escuela promete: en 2003, más del 94% de los alumnos llegaron al último curso de la educación primaria en la mayoría de los Estados árabes, aunque las tasas de abandono escolar son altas en Mauritania (el 69%), Marruecos (el 76%) y Yemen (el 67%).

Las estadísticas de educación secundaria muestran una enorme diferencia entre los distintos países árabes: en Bahrein, Egipto, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, los Territorios Autónomos Palestinos y Qatar, la escolarización en la escuela secundaria es de más del 90%, pero es mucho menor en Yibuti, Iraq, Mauritania, Marruecos, Sudan y Yemen. En 2004, unos 27 millones de alumnos estaban escolarizados en las escuelas secundarias de la región, un incremento de aproximadamente el 23% con respecto a 1999. Incluso en Yemen, uno de los países árabes más pobres, la alfabetización de los jóvenes ha experimentado un progreso significativo: en 1980, solo el 30% de los jóvenes de entre 15 y 24 años sabía leer y escribir una redacción breve y sencilla sobre su vida diaria, mientras que en 2004, casi el 70% de dicho grupo demográfico estaba clasificado como alfabetizado. Evidentemente, aún han cubierto solo dos tercios del camino hacia la alfabetización total y es necesaria una inversión significativa en las escuelas.

En cuanto al programa de estudios, los alumnos estudian lo que se puede denominar asignaturas modernas. En la escuela primaria se estudia geografía, historia, ciencias, árabe, inglés y/o francés, matemáticas, ética/civismo, etc. En la escuela secundaria eligen un itinerario de humanidades o de ciencias y los exámenes al final de la educación secundaria se basan en esas asignaturas. A lo largo de su educación, también estudian la religión islámica, lo que difiere significativamente de las prácticas educativas laicas de Europa y América del Norte.

Sin embargo, a pesar de las asignaturas modernas que se estudian, los métodos siguen siendo casi totalmente “tradicionales”, es decir, la memorización y regurgitación de información: “la comunicación en la educación es didáctica, ayudada por libros prescritos que incluyen textos indiscutibles y por un proceso de examen que solo evalúa la memorización”. No se promueven ni se incorporan en los sistemas de enseñanza y aprendizaje el pensamiento creativo ni la resolución de problemas, y esto lleva fundamentalmente a lo que el Informe sobre Desarrollo Humano Árabe de 2003 reveló: el deterioro de la calidad de la educación y del entorno del conocimiento. Un funcionario del Banco Mundial, Marwan Muasher, le dijo a la BBC que la reforma educativa tenía que convertirse en la prioridad absoluta para que los jóvenes de la región estuvieran mejor equipados en un mundo rápidamente cambiante y para combatir el alto nivel de desempleo. “Ha llegado el momento de que los países concentren sus energías en la calidad de la educación y de que se aseguren de que sus estudiantes estén equipados con todo lo que necesitan para cubrir las demandas actuales del mercado laboral: la capacidad de resolver problemas, el pensamiento crítico, la innovación y el reciclaje de profesores”.

La educación universal forma parte de lo que define el mundo moderno. Con la introducción de sistemas educativos modernos y programas de estudios posteriores a la independencia, ciertos segmentos de la sociedad consiguieron recibir educación (las niñas/mujeres, los pobres), lo que a su vez ha empezado a cambiar las dinámicas de género y las dimensiones de clase de la sociedad árabe contemporánea, así como las dinámicas internas de la familia. En Jordania, por ejemplo, el Estado da becas universitarias a los jordanos pobres que obtienen buenos resultados en los exámenes del instituto (tawjihi). Algunas de estas personas provienen de familias que siguen teniendo un estilo de vida parcialmente “tradicional”, como nómadas con sus rebaños de cabras y ovejas. El que algunas personas de esas familias vayan a la universidad no solo cambia radicalmente las posibilidades económicas de la familia, sino también la composición de la sociedad educada que trabaja en el gobierno y en la industria.

La reforma educativa debe convertirse en la prioridad absoluta para que los jóvenes estén mejor equipados y combatir el alto nivel de desempleo

LA TECNOLOGÍA TRIUNFA SOBRE LA TRADICIÓN

En el mundo árabe, varios tipos de tecnología moderna –teléfonos móviles, antenas de televisión por satélite, ordenadores e internet– han cambiado las relaciones de la gente con los demás, su acceso a la información, su conciencia sobre grandes temas y su capacidad para comunicarse con los demás. Al visitar un hogar árabe es normal que la televisión esté emitiendo las últimas noticias o vídeos musicales mientras se recibe a las visitas, y la conversación continúa independientemente de lo que haya en la televisión. Los programas de televisión por satélite ofrecen una plétora de oportunidades para ver la televisión en países en los que hace menos de quince años este medio era dominio exclusivo de los canales estatales, llegando como máximo a tres o cuatro en cada país. Con la llegada de las posibilidades tecnológicas de enviar la televisión a cualquier parte, se acabó el control y la vigilancia de contenidos que tenían el Estado y las autoridades religiosas. De este modo, además de canales críticos de alta calidad y de noticias como al-Yazira y al-Arabiyya, hoy en día proliferan también canales de vídeos de música, deportes, religión, series americanas y películas árabes antiguas. Esta amplia variedad de programación en árabe y en idiomas extranjeros subtitulados en árabe también refuerza la importancia del árabe como lengua moderna, una lengua que se utiliza en todo el mundo árabe en debates, espectáculos culturales y discusiones políticas, y que no es solo la lengua de la religión y el Corán.

Imitando programas como el concurso de Eurovisión o American Idol, varios canales de televisión por satélite han desarrollado productos derivados locales que han impulsado los sentimientos nacionales y la participación de millones de telespectadores. Star Academy es el programa de este tipo de mayor éxito y los ganadores de los últimos cinco años eran de Egipto, Arabia Saudí, Líbano, Iraq y Túnez. En la edición de 2006-07, Shadha Hassoun, una joven iraquí de 25 años que vive en Marruecos, ganó el concurso y se envolvió en la bandera iraquí. Los iraquíes reaccionaron a su victoria, y, posteriormente, cuando la selección nacional iraquí de fútbol ganó la Copa de Asia en 2007, en lo que se consideró una muestra de orgullo y de unidad del país, los jóvenes salieron a la calle ondeando banderas y conduciendo de noche por las calles normalmente desiertas.

Dos mujeres caminan por un centro comercial

Dos mujeres caminan por un centro comercial. Dubai, Emiratos Árabes Unidos, 14 de agosto de 2008. / Ali Haider

Otro programa de televisión, llamado Príncipe de los Poetas, consiste en un concurso de poesía árabe moderna fundado por el Emirato de Abu Dhabi. Solo se eligieron treinta y cinco poetas de los 4.000 candidatos de todo el mundo árabe, y el “éxito de este programa fue mayor de lo que nadie podría haber esperado. La prensa árabe ha realizado reportajes sobre cómo ha llegado a los máximos índices de audiencia dentro de su espacio, por encima de los partidos de fútbol y la telerrealidad; y millones de personas han pagado mensajes de texto para votar por su poeta favorito”. En este sentido, se diseñó siguiendo el modelo de American Idol y otros programas similares en los que los telespectadores llaman para dar su voto. Pero la idea del concurso de poesía se remite a los tiempos preislámicos en los que las historias apócrifas cuentan que la gente se reunía a recitar sus poemas y los ganadores colgaban su obra en una zona de la Kaaba en la Meca. La importancia de la poesía como expresión cultural y foro popular no se ha reducido con la vida “moderna”, si no que se ha adaptado a las nuevas tecnologías de impresión y emisión para llegar a mayores audiencias. Y de hecho, al analizar los concursantes y los índices de audiencia, es evidente que los jóvenes participan y desarrollan estos foros tradicionales de una manera moderna. El participante que más destacó en este concurso fue un joven poeta palestino-egipcio, Tamim Barghouti, que capturó los sentimientos nacionalistas del mismo modo que Shadha Hassoun en Star Academy: “Este efecto unificador fue claramente expresado cuando los canales de televisión de Hamás y Fatah dieron su apoyo al desprevenido Tamim, emitiendo repetidamente sus poemas, y animando a la gente a que votara por él, catapultándolo de ser un joven poeta desconocido a un símbolo de unidad y resistencia nacional.”

Como los jóvenes de cualquier otra parte, los jóvenes árabes utilizan la tecnología para acceder a la cultura popular. Ven los últimos videos de Nancy Ajram, Alissa o Amr Diab; imitan sus modas; aprenden sus pasos de baile; sueñan despiertos con estas estrellas y hablan, charlan, cotillean sobre sus vidas privadas. En el verano de 2008, dos series de televisión turcas dobladas al árabe coloquial sirio dominaron las ondas de televisión y los índices de audiencia: Noor y Años de Pérdida (Sanawat al-Diyya). Ambas series son telenovelas que tratan sobre los temas típicos de su género, el amor, la codicia, las promesas rotas y las traiciones pero, además, la protagonista femenina de la serie, una joven llamada Lamees, está embarazada de un hombre que está prometido a otra persona (que también resulta tener una enfermedad terminal). Evidentemente, las telenovelas mexicanas y americanas que se emiten en el mundo árabe muestran este tipo de experiencias vitales todos los días, pero un tema tabú como el de que dos musulmanes tengan relaciones sexuales prematrimoniales es relativamente nuevo. Esta disposición a ver programas que no condenan directamente las normas sexuales que están cambiando en las sociedades musulmanas y árabes acompaña a dos tendencias divergentes en la televisión: una industria de vídeos musicales cada vez más sexual, y una industria de programación religiosa cada vez más conservadora y prolífica.

Los mensajes de texto y la tecnología bluetooth hacen que los contactos y el flirteo sean posibles de una forma indetectable por la familia

La tecnología permite que los comportamientos y prácticas más tradicionales también se trasladen a distintos tipos de foros. Aunque los servicios de internet en el hogar solo están disponibles para los ricos, los cibercafés proliferan en la mayoría de los países árabes. Las interfaces árabes en sitios como Google, así como el creciente número de páginas web en árabe permiten una mayor accesibilidad en general. La gente chatea en árabe, ya sea con el alfabeto árabe o con el latino, utilizando números para sustituir a las letras árabes no representadas en este alfabeto. Se envían mensajes de texto por las celebraciones del día de Id al-Kabir (La Gran Festividad, también conocida como Fiesta del Cordero), en lugar de enviar tarjetas o hacer visitas. Las felicitaciones, los poemas y las adivinanzas viajan por las líneas telefónicas entre los amigos, y se envían felicitaciones especiales a través del teléfono a los canales de vídeos musicales. Los jóvenes utilizan sus móviles para guardar fotografías de la familia y los amigos, videoclips, música, conciertos o eventos a los que asisten, y después los reproducen para que los vean los demás o los guardan para sí mismos. Los contactos sociales entre los jóvenes son facilitados por la proliferante industria de los teléfonos móviles. Los mensajes de texto y la tecnología bluetooth hacen que los contactos y el flirteo sean posibles de una forma indetectable por la familia. Activando una función de búsqueda, los usuarios pueden ver los nombres de usuario de otras personas que estén en un radio de 8 metros: “nombres, la mayoría en árabe, a menudo elegidos para cautivar: ‘chico de póster’, ‘chica sensible’, ‘corazón de león’, ‘raptor de corazones’, ‘pequeña princesa’, ‘prisionero de las lágrimas’. Algunos son más sugerentes, como ‘agradable al tacto’ o ‘club gay saudí’. Mona, de 21 años, dice que la tecnología hace que sea ‘más divertido ir a un restaurante ahora’, y su amiga Reem, de 24, dice ‘llevo utilizando bluetooth desde que salió el año pasado. Estamos siempre buscando cosas nuevas para darle chispa a la vida’”.

La tecnología moderna no solo permite a los jóvenes establecer una nueva relación con la cultura popular y con los demás, sino que además relaciona la conexión de los jóvenes con la identidad. Los teléfonos de los refugiados palestinos en Siria tienen fotografías bajadas de internet de los pueblos de sus familias de los que fueron expulsados en 1948 durante la guerra y la creación del Estado de Israel, y de familiares que no han visto nunca, que viven en otros países y con los que hablan a través de programas de chateo en internet. La tecnología moderna de los teléfonos móviles también ofrece a la gente la posibilidad de grabar en vídeo importantes eventos políticos, manifestaciones o la brutalidad policial, y de colgar estos vídeos en sitios web o pasárselos a otras personas. El periodista y autor de un blog, Wael Abbas, responsable del sitio web “Misr Digital”, publicó imágenes de un conductor de autobús al que torturaban agentes de seguridad del Estado egipcio y más de 100 archivos gráficos de incidentes similares. Estas nuevas tecnologías a menudo se pueden utilizar con un gasto mínimo, de forma anónima y desde casa y, por ahora, permiten a los jóvenes grabar, comentar y discutir sobre temas de importancia política y social.

LA FAMILIA, LA TRADICIÓN Y LA MODERNIDAD

Las relaciones familiares en “el mundo moderno” se ven reforzadas y cambiadas por las tecnologías asociadas a la modernidad. Con el incrementado acceso a la educación, menos familias viven de forma tradicional: juntas en casas grandes y los hijos aprendiendo el oficio del padre. Cuando los jóvenes estudian, acaban en puestos cualificados que los alejan de la vida en la granja o de la industria, y también los alejan de la vida rural en el pueblo. Cuando los hijos se casan, ya no pueden construir su casa encima o cerca de su hogar familiar por razones de espacio o de lugar de trabajo, y por lo tanto acaban viviendo lejos de sus padres, tíos y tías. Las familias siguen considerándose a sí mismas una unidad, y piensan en las inversiones en la educación de sus hijos de forma que maximiza los activos económicos de la familia. En los pueblos egipcios, por ejemplo, es frecuente animar a los mejores estudiantes a seguir su educación en el instituto y en la universidad, y se reservan recursos de la familia para garantizar su éxito. De este modo, esos hijos conseguirán un trabajo para el gobierno que garantice un salario seguro, mientras que los peores estudiantes dejarán la escuela y trabajarán en las tierras de la familia o se unirán al ejército. Este tipo de estrategias fomentan la continuación de la unidad familiar y el apoyo económico mutuo cuando se reducen las tierras de labranza o en caso de necesidad, bajo la forma de un salario mensual, en un sistema en el que el acceso a los servicios gubernamentales no está siempre garantizado si no se tiene algún tipo de contacto.

De forma similar, la migración laboral en el mundo árabe a Europa, África y los Estados del Golfo significa que sus salarios superan con creces los que obtendrían por ese mismo trabajo en su país de origen. Tales formas de migración laboral –ya sea en puestos de trabajo cualificados o no cualificados en países económicamente más ricos– permiten a los hombres jóvenes conseguir dinero para casarse y para sus familias que no podrían haber conseguido nunca en sus propios países. Farha Ghannam estudia cómo los hombres egipcios que trabajan en los Estados del Golfo envían dinero a sus madres y hermanas, a las que encargan que les compren pisos y los amueblen, y que estén atentas en la búsqueda de una posible esposa. Por lo tanto, a pesar de la separación física de las familias, se mantienen las relaciones familiares “tradicionales” y un sentido de responsabilidad hacia el otro a través del nuevo acceso a formas de capital y empleo.

En Túnez, las redes primarias a las que se dirigen las mujeres en busca de ayuda económica, socialización y apoyo se centran igualmente en la familia, independientemente del nivel económico, educativo o el empleo, según la investigación de Paula Holmes-Eber que ofrece el ejemplo de Anissa, una chica de Qayrawan que terminó el instituto y que trabaja como administradora en la Universidad de Túnez (una mujer con logros claramente modernos en un mundo moderno), y cuyas redes, sin embargo, están formadas solo por la familia y cuyo matrimonio fue concertado por ésta. Holmes-Eber también descubrió que una mejor educación y empleos mejor remunerados les daban más oportunidades de conocer a gente fuera del círculo de la familia y de los vecinos y, por lo tanto, tenían redes sociales más amplias y más independencia de los suyos, lo que complementa el papel central de las redes familiares en su vida. Por lo tanto, aunque el apoyo tradicional y las redes sociales siguen en general ocupando el mismo lugar, las modernas formas de vida –educación superior, mujeres que trabajan en puestos asalariados– están cambiando el entorno social en el que entran las mujeres jóvenes debido a redes sociales más amplias entre amigos del instituto y la universidad, nuevos tipos de colegas de trabajo y mayores recursos financieros disponibles. Este análisis de la vida en Túnez describe muchos de los nuevos contactos que las mujeres jóvenes del mundo árabe están haciendo al desarrollar estilos de vida modernos a través de la educación y el ascenso económico, aunque a la vez sienten el apoyo y el control de los patriarcados familiares.

Las mujeres jóvenes están haciendo nuevos contactos a través de la educación y el ascenso económico, aunque a la vez sienten el apoyo y el control de los patriarcados familiares

CONCLUSIÓN

Al examinar las vidas de los jóvenes en el mundo árabe, vemos una mezcla de elementos: tecnología moderna y mayor religiosidad; mayores oportunidades educativas y baja calidad de la educación; relaciones familiares de patriarcado tradicional y un gran número de mujeres asalariadas en el mercado laboral, etc. Podemos estar seguros de que los jóvenes en el mundo árabe seguirán incorporando productos, ideas, valores y comportamientos modernos a sus vidas, y de que lucharán contra lo que ven como una tradición inmutable. E incorporarán los valores y comportamientos tradicionales a los sistemas nuevos y modernos de educación, economía, vivienda y elecciones de estilo de vida. Teniendo en cuenta que la mayoría de la población en el mundo árabe tiene menos de treinta años, seremos testigos de cómo estos jóvenes cambian y transforman su mundo de un modo que responda a las necesidades de sus generaciones y que determine cómo esta región avanzará y progresará en las próximas décadas, en formas que sean debatidas, rechazadas, adoptadas o absorbidas en la vida contemporánea.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*