Los sistemas educativos disfuncionales debilitan las capacidades humanas de la juventud árabe, socavando el desarrollo humano y conduciendo a la marginación de los jóvenes. Por lo tanto, una reforma educativa contribuiría al desarrollo humano tanto a nivel individual como social.

DÉFICIT CUANTITATIVO

A pesar de los notables logros conseguidos en la expansión cuantitativa de la educación en los países árabes durante el siglo XX, existen notables deficiencias debido a los cinco factores siguientes:

1. Un inmenso atraso en la alfabetización, especialmente entre las mujeres: a principios del siglo XXI, se estimaba que más de 70 millones de árabes eran analfabetos, la gran mayoría de ellos mujeres.
2. Una reducida atención a la educación infantil temprana.
3. Una educación básica no universal y una disminución en las tasas de crecimiento del número de niños escolarizados.
4. Una exclusión selectiva de las niñas, los pobres y los marginados de las especialidades más elitistas y los niveles educativos más altos.
5. Una falta recurrente de oportunidades de educación continua.

Como consecuencia de todo ello, el nivel de alfabetización entre los jóvenes en la región árabe sigue estando por detrás de todos los países en vías de desarrollo, sin mencionar otras regiones del mundo más avanzadas.

EL DÉFICIT CUALITATIVO

La mala calidad en los sistemas educativos árabes se articula en torno a tres ejes principales:

1. La restricción de la libertad, tanto en la educación como en la sociedad en general, junto con unos malos contenidos, una mala pedagogía (enseñanza guiada) y unos malos métodos de evaluación (notas por exámenes de conocimientos memorizados) retrasan las capacidades analíticas y críticas e impiden las capacidades creativas.
2. La falta de atención a la lengua materna, el vehículo natural para la innovación y la creatividad. En el nivel de la educación superior, la reforma educativa, recomendada por los poderes occidentales, además de la globalización de los servicios educativos en forma de franquicias de instituciones educativas occidentales en los países árabes, le han asestado un fuerte golpe a la instrucción en la lengua materna, especialmente en los países del Golfo.
3. La reducida prioridad dada a la formación técnica, las ciencias y la ingeniería. El siguiente gráfico muestra el déficit en estos campos en la región árabe.

LA DIALÉCTICA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA O PRIVADA

El que los servicios educativos hayan sido proporcionados por los gobiernos ha sido el vehículo de un enorme logro cuantitativo en la expansión de la educación en los países árabes. Sin embargo, con la llegada de políticas de ajustes estructurales mal asesoradas, se recomendó a los gobiernos que se retiraran de la provisión directa de servicios públicos en beneficio de los mercados liberalizados y el capital privado. Al mismo tiempo, las libertades civiles y políticas siguieron estando restringidas. Por lo tanto, en lugar de hacer que se desarrollara un modo de provisión de servicios no lucrativo y basado en la sociedad civil, se multiplicaron las empresas lucrativas de educación y la educación privada se convirtió en una de las actividades económicas legales más rentables. Esta comercialización de la educación amenaza con exacerbar una de las principales deficiencias de la educación árabe, a saber, la inclusión de los ricos y los poderosos en una educación de buena calidad, especialmente en las etapas y ramas que conducen a un estatus social alto. Lo que es más, aunque la mala calidad, quizás incluso el deterioro, sea el principal fallo de los sistemas educativos árabes, la educación privada lucrativa no ha contribuido a mejorar la calidad de la educación de forma significativa.

Más de 70 millones de árabes son analfabetos, la gran mayoría mujeres

EL ALTO PRECIO DE SER MUJER

A pesar del encomiable progreso realizado en la educación de las niñas, las mujeres siguen sufriendo un nivel relativamente mayor de privación en el acceso al conocimiento en los países árabes, tal como se ve en los siguientes gráficos:
Esta injusticia se produce ante la creciente evidencia de que las jóvenes son las que mejores resultados educativos obtienen en los países árabes. En Egipto, a mediados de 2005, por ejemplo, las jóvenes volvieron a obtener de nuevo los primeros puestos en el examen final de secundaria a nivel nacional –el gran obstáculo de la carrera educativa para la población general en los países árabes–, tanto en Humanidades como en Ciencias. Entre los diez primeros puestos, las jóvenes consiguieron once de un total de doce en Humanidades y siete de un total de quince en Ciencias. Los excelentes resultados de las jóvenes en el examen de secundaria no se limitan únicamente a Egipto. Éstas también arrasaron en Kuwait, Palestina, Yemen y los Emiratos Árabes Unidos.

El porcentaje de mujeres entre los que obtienen las mejores notas, en todos los países árabes sobre los que se dispone de datos, es superior al 50%. El hecho de que, de media, las niñas representen menos de la mitad del número total de niños escolarizados sirve para confirmar su supremacía académica. Hay que tomar nota también de que esta supremacía se produce en una gran variedad de circunstancias, en los países árabes ricos y pobres por igual, y bajo la más obstruccionista de las ocupaciones militares, poniendo de relieve la naturaleza intrínseca y no circunstancial del fenómeno.

Las jóvenes son las que mejores resultados educativos obtienen

Esta discriminación hacia las mujeres se extiende a las esferas de utilización de las capacidades humanas. Las mujeres sufren mayores tasas de desempleo en los países árabes. Teniendo en cuenta los logros superiores de las mujeres en la educación, esta tendencia va en contra del principio de eficiencia económica pura, ya que el sexo con el mayor potencial de aprendizaje, y por tanto el que tiene más probabilidades de aumentar la producción, es el que tiene menos posibilidades de ser contratado.

VISIÓN ESTRATÉGICA PARA UNA REFORMA EDUCATIVA: DOS EJES PRINCIPALES

1. Gobierno y educación privada

Debe destacarse la responsabilidad del Estado (no solo del gobierno) de garantizar una educación básica de alta calidad para todos, así como excelencia educativa, especialmente en los niveles superiores.

Las cuestiones de la equidad y la igualdad de oportunidades ya no se limitan a garantizar una escolarización inicial en la educación básica. Como consecuencia del aumento de la pobreza y el constante incremento en el coste de la educación para los hogares, la continuación de la educación y el acceso a los niveles superiores dependen ahora de forma crítica de los recursos financieros. Por tanto, el Estado debe garantizar la disponibilidad de los recursos necesarios para los pobres (en forma de becas para los necesitados y préstamos para los estudios que se devuelven después de haberse licenciado y cuando se consigue un trabajo), especialmente para las mujeres, los pobres y los marginados.

No obstante, todo esto no significa que el Estado tenga que implicarse directamente en la provisión de todos los servicios educativos. Ni tampoco significa que el gobierno deba dirigir la educación. De hecho, es necesario apoyar la educación no gubernamental y no lucrativa como competencia a la educación gubernamental.

La educación privada lucrativa ya existe en la mayoría de los países árabes. A excepción de Líbano, un caso muy especial y problemático, la educación privada es limitada en cuanto a su alcance y probablemente seguirá siendo así en el futuro. Lo que es más, la educación privada suele estar caracterizada por la mala calidad y la polarización social.

La expansión de la educación privada lucrativa puede infligir un daño considerable en las condiciones que prevalecen en los países árabes (especialmente teniendo en cuenta la fragilidad de los mecanismos reguladores del mercado y el predominio de la mentalidad de obtener beneficios rápidos del sector privado). El daño probable incluye el incumplimiento de la equidad, la erosión de la cohesión social, el empeoramiento de la distribución de los recursos y la riqueza y el debilitamiento de la identidad nacional.

Sin embargo, es importante fomentar al sector empresarial para que apoye la educación mediante donativos incentivados por generosas desgravaciones fiscales. Este apoyo va en el propio interés del sector empresarial, ya que el sistema educativo debe mejorarse para poder producir las capacidades humanas necesarias para aumentar la productividad y maximizar los beneficios, y que actualmente no existen. Por otro lado, debe garantizarse la participación efectiva del sector empresarial y la sociedad civil en la mejora de la educación, especialmente en la formación técnica y profesional.

Existe una necesidad apremiante de que el Estado, en colaboración efectiva con las demás partes interesadas, establezca y refuerce constantemente sistemas de acreditación que garanticen la calidad en todos los tipos de educación. También surge la necesidad de garantizar la independencia de las instituciones de educación superior, confiándolas a consejos directivos compuestos por representantes del Estado, del sector empresarial, de la sociedad civil y del mundo académico.

La educación continua se ha convertido en una necesidad para prevenir la vuelta al analfabetismo

También es esencial trabajar en pro de un buen gobierno local, y no solo por una descentralización espuria de la administración educativa, y por forjar fuertes vínculos entre los distintos niveles de la administración (hasta la escuela en sí), por un lado, y la autoridad local y las comunidades, por otro. Esto requiere la transferencia de competencias, instituciones rectoras de la educación responsables y representativas a nivel local, la provisión de recursos y la capacidad de participación de los niveles no centrales de la administración.

La coordinación efectiva también es necesaria a nivel central, entre todas las agencias responsables en materia educativa y entre estas agencias y otras encargadas de distintos aspectos del desarrollo humano en general.

Todo esto requiere una reforma seria del funcionariado (mayores salarios; el vincular los nombramientos, las gratificaciones de empleo y los ascensos a un rendimiento de calidad, etc.). La reforma del funcionariado también contribuye al aumento de la efectividad de la educación pública en general. En el análisis final, sin embargo, la efectividad de la administración educativa, en todos los niveles, depende del desarrollo de la transparencia y la responsabilidad estricta de las instituciones educativas ante los agentes sociales.

2. Un paquete de múltiples dimensiones para una reforma educativa que garantice la calidad

La reforma educativa es una tarea de múltiples dimensiones que interactúan con fuerza. Por consiguiente, es esencial que se construya una estrategia de reforma basándose en una sinergia entre las distintas dimensiones del sistema educativo y sus vínculos con el sistema socioeconómico. Entre las dimensiones más importantes se incluyen las siguientes:

· La adopción de una evaluación rigurosa y periódica como medio para alcanzar una calidad superior en educación, especialmente en el caso de la introducción de cambios en los programas y los métodos. La evaluación debe ir más allá del logro cognitivo para incluir el campo de los valores, las actitudes y las capacidades. El primer requisito consiste en establecer la estructura institucional necesaria para la evaluación y en mejorarla sistemáticamente.

El sistema educativo debe mejorarse para poder producir las capacidades humanas necesarias para aumentar la productividad y maximizar los beneficios en el sector empresarial

La evaluación debe realizarse en varios niveles:
– a nivel de la escuela y del distrito;
– a nivel nacional, permitiendo así realizar comparaciones a nivel subnacional;
– a nivel pan-árabe, utilizando exámenes estándar que permitan la evaluación de las capacidades lingüísticas y la evaluación comparativa entre los sistemas educativos árabes;
– a nivel internacional, permitiendo así realizar comparaciones internacionales esenciales para garantizar la competitividad.

El éxito del esfuerzo de la evaluación exige trasparencia mediante la amplia divulgación de información y fomentando la consulta entre todas las partes interesadas.

· Es absolutamente necesario convertir a los educadores en profesionales construyendo la estructura institucional de la profesión educativa. Esto empieza con una preparación inicial de calidad (en instituciones de educación superior, mejorando la calidad con prácticas de formación efectivas y mediante la supervisión y la orientación). Además, deben crearse asociaciones profesionales de educadores y reforzarse las existentes, para que se encarguen de establecer estándares profesionales, aplicar códigos de conducta, mejorar las condiciones de trabajo de los educadores y fomentar el progreso de la profesión. El introducir la práctica de emitir permisos de educación y su renovación periódica, basándose en criterios estrictos y exigiendo nuevos cursos de formación en caso necesario, haría mucho en este sentido.

· La utilización eficiente de las tecnologías modernas, especialmente en información y comunicación, a fin de mejorar la educación, fomentar el autoaprendizaje y facilitar la adquisición de las capacidades de la era de la información.

· El reforzar la formación profesional técnica que está estrechamente ligada a las necesidades de desarrollo y el sector empresarial, una formación que imparta capacidades que permitan la formación posterior y la adquisición de capacidades de nivel superior, incluida la capacidad de gestionar situaciones nuevas y complejas.

· La atención a la educación preescolar y la mejora de la educación de los niños con necesidades especiales, en particular de los niños superdotados.

· La construcción de un sistema eficiente de educación continua para adultos.

La región también está relativamente atrasada en la lucha contra el analfabetismo. Los pocos logros educativos obstaculizan los avances en productividad. El analfabetismo de los padres retrasa la educación de los hijos, tanto en cantidad como en calidad. La erradicación del analfabetismo, si se consigue, exigirá una movilización efectiva de las capacidades sociales (por ejemplo, de la juventud en la educación superior). Pero la erradicación del analfabetismo debería ir más allá de la mera adquisición de un conocimiento rudimentario de las conocidas como “Tres Erres” (lectura, escritura y aritmética), que se pierde fácilmente. De hecho, la educación continua se ha convertido en una necesidad, no solo para prevenir la vuelta al analfabetismo, o para conseguir que haya alumnos que superen los estudios en el sistema educativo y tengan capacidades relevantes para el mercado laboral, sino también para albergar las rápidamente cambiantes necesidades educativas y de nueva formación de la sociedad moderna.