Fowziyah Abukhalid
Profesora asociada, Departamento de Sociología, Universidad Rey Saud, Riad, Arabia Saudí. [+ DEL AUTOR]

Sherezade y la libertad de elección: El golfo y Arabia Saudí

LOS RETOS DE LAS MUJERES ÁRABES

“¡¿Qué han dicho las mujeres la primera mañana de las mil y una noches?!”

Aunque el principal objetivo de este artículo es concentrarse en tratar la situación de las mujeres en Arabia Saudí, sería importante comenzar prestando atención a la situación de las mujeres árabes en general y de la región del Golfo en particular. Esto es necesario por tres hechos objetivos: el primero es la relación integral que existe en el mundo árabe y en la región del Golfo, que se basa en la unidad que proporcionan la historia, el idioma, la religión, la cultura y la identidad cultural de las personas, a pesar de la relativa diversidad que por supuesto existe dentro de esas bases unificadoras. El segundo es la similitud casi idéntica entre los países árabes, que se encuentran sometidos, en diferente grado, a la hegemonía de las superpotencias occidentales; primero fue la colonización europea, y recientemente, el imperialismo estadounidense. El tercer motivo para este inicio es la reciprocidad de los retos presentes y futuros que el mundo árabe y la región del Golfo están afrontando a nivel político, social y económico, incluyendo los retos sobre la cuestión de la mujer. A esto hay que añadir, además, un importante factor de uniformidad y multiplicidad, en particular en el Golfo, que es la riqueza generada por el petróleo o la dependencia en la denominada economía rentista.

Jóvenes kuwaitíes dirigiéndose a votar

Jóvenes kuwaitíes dirigiéndose a votar en las elecciones parlamentarias. Kuwait, 17 de marzo d › e 2008. / Raed Qutena /EFE

En este sentido, sostengo que desde principios del siglo XX hasta ahora han existido por lo menos dos factores fundamentales que han interferido en el desarrollo del marco político y de la estructura social de la situación de la mujer tanto en Arabia Saudí como en la región del Golfo y en todo el mundo árabe. Estos factores ya son identificables desde los intentos iniciales por conseguir un renacimiento árabe, tras varias etapas de derrotas y luchas por la autonomía y el desarrollo, hasta la reciente caída de Bagdad y el asedio a Gaza. Estos dos factores son, en primer lugar, la colonización y la hegemonía occidental; y en segundo, el nacionalismo y el islamismo.

Fue la complejidad de estos dos factores, con la naturaleza antagónica del colonialismo y la hegemonía nacional y los vínculos entre sus elementos contradictorios, la que impuso a la cuestión de la mujer y a las mujeres mismas –incluyendo a los movimientos feministas posmodernistas más recientes– ciertas cuestiones problemáticas de naturaleza dual. La situación de las mujeres en el mundo árabe, incluida la región del Golfo y Arabia Saudí, dejó de ser meramente una simple cuestión de igualdad de géneros y de empoderamiento contra la discriminación, la inferioridad de estatus y la marginalización sociopolítica. La naturaleza de la cuestión, que comparten mujeres de todo el mundo en diferentes movimientos, se transformó bajo las circunstancias políticas de hegemonía hasta convertirse en un complicado conjunto de cuestiones. Se expandió y creció hasta convertirse en una cuestión de resistencia al dominio extranjero y de defensa de la identidad cultural. Además, se convirtió en una cuestión de auto-posicionamiento entre varias corrientes enfrentadas de pensamiento político e influencias, tanto externas como internas, que van desde el occidentalismo al liberalismo nacional, pasando por el islamismo conservador y las diferentes escuelas de pensamiento islámico. Como consecuencia, la cuestión de la mujer se asoció a la cuestión de la independencia nacional, por una parte, y a la conservación de la identidad cultural, por otra. La situación persistió a pesar de que, en el mundo árabe, los movimientos de mujeres habían hecho su aparición en Egipto a principios de los años 30, y a pesar de la más reciente expansión de estos movimientos a la región del Golfo (a excepción de Arabia Saudí).

En el mundo árabe, los movimientos de mujeres habían hecho su aparición en Egipto a principios de los años 30

Cabe destacar que continuó incluso después de que la mayoría de los países árabes, incluidos los del Golfo, consiguiesen su autonomía política. La persistencia de esta situación fue un resultado de la alteración del colonialismo europeo por la hegemonía norteamericana, sobre todo en la zona del Golfo desde que se descubrió petróleo en cantidades comerciales. En este sentido, no es de extrañar que, a pesar de lo que apareciera en los medios de comunicación occidentales, las jóvenes saudíes no dejaran que Hillary Clinton, durante su visita a Arabia Saudí en febrero de 2010, les hablara sobre asuntos como el que a las mujeres saudíes no se les permita conducir y otra retórica sobre la liberación de la mujer. En su lugar, las estudiantes insistieron en preguntarle directamente sobre la política exterior estadounidense relativa al conflicto palestino-israelí, Irán, Iraq y los países pertenecientes al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). El problema de la persistencia de la hegemonía occidental y del regreso del colonialismo a la región es que hace que se reproduzcan las mismas viejas cuestiones de la época colonial, pero de un modo más intenso, ya que agita las divisiones sociales y tribales y repite el ciclo de la disección de la naturaleza religiosa y del sectarismo. En este sentido, tampoco es de extrañar que cuando se preguntó a un grupo de mujeres iraquíes sobre su participación en las elecciones, su respuesta fue de resentimiento ante la pregunta. Estaban tan involucradas en apremiantes asuntos de vida o muerte que no tenían ni tranquilidad de espíritu ni ocasión de pensar en lo que les parecía una pregunta frívola dado el estado de guerra y de colonización.

En cualquier caso, explicar el marco sociopolítico de las mujeres en el mundo árabe no significa de ninguna manera privar a las mujeres de la región, incluidas las del Golfo y las de Arabia Saudí, de sus serios intentos de involucrarse en cuestiones más críticas de naturaleza feminista. Algunos de los intentos recientes intentan explorar nuevas posibilidades para combinar el enfoque del feminismo crítico con la reforma política y con la obtención de plena soberanía para sus países.

Los retos de las mujeres en la región del Golfo

“¡¿Qué han hecho las mujeres después de las mil y una noches?!”

La región del Golfo está formada por seis países árabes que cuentan con un organismo político formal y de colaboración establecido en 1981, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Este Consejo incluye a Arabia Saudí, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Omán. Estos países comparten un mismo patrimonio histórico, religioso y cultural, así como su origen tribal y nómada, que fue una de las principales bases de legitimación para las autoridades políticas. La mayoría de los países del CCG comparten un pasado de privaciones económicas ya que sus únicas fuentes de ingresos eran el pastoreo, la extracción de perlas y un comercio bastante limitado. Este hecho se reflejaba en la vida social de las personas, incluidas las mujeres, que compartían estas privaciones participando directamente en las actividades socioeconómicas de la época. Asumían todas las responsabilidades del hogar cuando los hombres pasaban muchos meses fuera buscando perlas o viajando por comercio. Las mujeres llevaban el agua, recogían dátiles de las palmeras, se ocupaban del ganado, de cocinar y de fabricar muebles. Sin embargo, igual que compartieron las penurias del pasado, los países del Golfo también comenzaron a participar, desde el descubrimiento del petróleo, en la riqueza generada por éste. También comparten una interminable lista de retos sociopolíticos y tienen en común diversas fuentes de amenazas militares.

No obstante, la cuestión fundamental en este contexto es hasta qué punto se permite a las mujeres del Golfo participar de la afluencia de la riqueza y en las responsabilidades que conllevan los retos. Aunque se han beneficiado de los privilegios de la riqueza del petróleo obteniendo el derecho a la educación y oportunidades laborales, la cuestión femenina en el Golfo es una de las que más retos plantea a las mujeres a la hora de asumir el control pleno de sus propias decisiones y afrontarlas. Esto las convierte en el caso práctico perfecto para presentar el conflicto de la mujer árabe, como he resaltado antes, en su intento de explorar nuevas posibilidades de conjugar los enfoques críticos feministas con las aspiraciones para una reforma política y la obtención de la soberanía plena de sus países.

En este sentido, si para analizar el conflicto polifacético de estas mujeres intento deconstruirlo en elementos básicos, nos encontraremos con que estas mujeres se enfrentan a varios grupos de cuestiones:

1. El primero se encuentra directamente relacionado con su lucha para obtener la igualdad de géneros y el empoderamiento contra la discriminación sociocultural y la marginalización política.
2. El segundo está directa e indirectamente relacionado con la resistencia a la hegemonía, sobre todo después del 11 de septiembre, de la guerra en Iraq y de la gran intromisión de los norteamericanos y de Occidente en los asuntos internos de la región con el pretexto de luchar contra el terrorismo.
3. El tercer grupo de cuestiones está relacionado con el auto-posicionamiento sobre su situación por parte de las propias mujeres del Golfo.

A pesar de que cada uno de estos grupos supone una misión en sí mismo, en mi opinión, el tercero representa la parte fundamental del conflicto femenino en la actualidad. Esto es particularmente importante para conectar la ausencia histórica de las mujeres en la arena de la toma de decisiones. Es necesaria una lucha importante por la libertad para elegir cómo y qué pueden decidir, y el camino para expresar y resolver su situación.

Más de la mitad de las mujeres kuwaitíes trabaja (el porcentaje más alto de todos los países del Golfo)

Conocer las grandes discrepancias existentes entre las corrientes de pensamiento político externas e internas, desde el occidentalismo al liberalismo nacional pasando por el islamismo conservador y las diferentes escuelas de pensamiento islámico, haría que nos diésemos cuenta de la clase de tarea política y feminista que las mujeres del Golfo soportan valientemente. Por tanto, antes de acabar con esta parte del artículo me gustaría arrojar luz sobre una serie de logros conseguidos y sobre asuntos que siguen preocupando a las mujeres de la región.

ALGUNOS LOGROS FUNDAMENTALES Y PREOCUPACIONES DE LAS MUJERES DE LA REGIÓN DEL GOLFO

Las mujeres de estos países están consiguiendo logros sorprendentes e importantes en su lucha por la igualdad de derechos. Según los analistas, “el progreso que se ha obtenido en varios países del Golfo es un tributo a los tenaces esfuerzos de las mujeres activistas, que perseveran a pesar de un entorno político que restringe con severidad el ejercicio de los derechos políticos y de las libertades civiles fundamentales”. Lo que viene a continuación ilustra los logros y las preocupaciones de las mujeres en cinco países del CCG (no se incluye a Arabia Saudí ya que la tercera parte del artículo está dedicada a las mujeres saudíes). No obstante, cabe señalar que la mayoría de estos logros y preocupaciones son solo una pequeña muestra aleatoria de los retos a los que diariamente se enfrentan las mujeres del Golfo.

1. Kuwait

• Tras una lucha tenaz, marcada por una importante victoria en 2006, las mujeres consiguieron por primera vez votar y presentarse a las elecciones municipales y generales.
• 4 mujeres fueron elegidas para el Parlamento en 2009.
• 3 mujeres recibieron carteras ministeriales y dos se convirtieron en miembros del Consejo Municipal.
• Más de la mitad de las mujeres kuwaitíes trabaja (el porcentaje más alto de todos los países del Golfo).
• Sin embargo, las mujeres no pueden servir en el ejército ni ser juezas y, como sucede en el resto de la región, se enfrentan a la desigualdad de derechos matrimoniales y no pueden transferir su nacionalidad a sus hijos ni a sus maridos extranjeros.
Las mujeres kuwaitíes están decididas a trabajar duro para resolver los problemas anteriores y los problemas de género y sociopolíticos que les afectan.

2. Bahrein

• Desde que Bahrein aprobó su Carta de Acción Nacional y ratificó la nueva Constitución, se amplió la independencia y la libertad de las mujeres. Su primera jueza fue nombrada en 2006.
• Además, se derogó la ley que exigía que las mujeres contasen con la aprobación de un guardián varón para obtener el pasaporte.
• A pesar de esto, las mujeres siguen teniendo un acceso limitado a la justicia: las leyes sobre el estatus personal no se encuentran codificadas y las sentencias, en ocasiones, se basan en la interpretación individual de la sharía por los jueces.
• La sociedad civil se ha vuelto más activa, y tanto las organizaciones gubernamentales como las no gubernamentales están tomando medidas para ocuparse de determinados asuntos relacionados con la mujer. A título de ejemplo, el año pasado se puso especial énfasis en la violencia doméstica.

3. Omán

• Las mujeres en Omán están empezando a jugar un papel más importante en el gobierno. Cada vez son más las que se registran para votar y con más frecuencia se presentan como candidatas para el Parlamento. Sin embargo, ninguna mujer resultó elegida en 2007 y el nivel total de participación política y cívica sigue siendo bajo.
• El testimonio de las mujeres ante los tribunales omaníes tiene ahora el mismo valor que el de los hombres en la mayoría de las situaciones, debido a una nueva ley.
• A pesar de los relativos adelantos, las mujeres siguen enfrentándose a importantes obstáculos legales y sociales, y necesitan, por ejemplo, el consentimiento escrito de un familiar varón antes de someterse a cualquier tipo de intervención quirúrgica.

4. Qatar

• El gobierno adoptó el primer código de derecho de familia del país y promulgó una nueva Constitución en 2004, prohibiendo específicamente la discriminación de género.
• En 2007 se permitió a las mujeres solicitar sus propios pasaportes, y a finales de 2008 se aceptó por primera vez su entrada en los programas de ingeniería química y eléctrica de la Universidad de Qatar.
• Sin embargo, aún quedan por superar varias restricciones sociales y culturales, aunque las nuevas generaciones de mujeres cataríes se presentan como firmes candidatas para llevar a cabo dicha tarea.

5. Emiratos Árabes Unidos

• El estatus de las mujeres está mejorando, puesto que los Emiratos intentan transformarse en un moderno centro financiero.
• Las mujeres están entrando en nuevos campos profesionales y ya ejercen como juezas y fiscales y son nombradas para puestos importantes en la administración pública y en el sector privado.
• Cada vez hay un número mayor de mujeres que trabajan y el nuevo código de familia es un gran paso adelante.
• Sin embargo, las mujeres siguen luchando de manera pacífica para exigir más reformas a nivel gubernamental y social a fin de conseguir una auténtica igualdad. La capacidad de las mujeres de acceder a la justicia y de combatir la discriminación sigue siendo una de sus preocupaciones.

Trabajadoras de la Compañía de Petróleo de Bahrein

Trabajadoras de la Compañía de Petróleo de Bahrein durante una protesta a las afueras de la refinería › de Awali. Manama, Bahrein, 6 de diciembre de 2007. / Mazen Mahdi /EFE

LAS MUJERES EN ARABIA SAUDÍ

“¿Qué van a hacer las mujeres a partir de ahora?”

En la última parte de este artículo trataré el tema de los retos a los que se enfrentan las mujeres saudíes para completar mi versión de la epopeya de las mujeres árabes, que he intentado convertir en un relato breve. En este aspecto, lo que me gustaría hacer es matizar las últimas páginas de este artículo mostrando una fotografía a todo color del oscuro perfil de las saudíes.

En la actualidad, las mujeres saudíes participan en varias áreas, como la educación, la sanidad, el trabajo social, la consultoría profesional, la Administración, la literatura creativa y de opinión y los proyectos empresariales. Aunque el ámbito de la mayoría de estas actividades entra dentro de la noción tradicional de trabajo femenino, debemos recordar que para las madres de estas mujeres tal participación en asuntos fuera del hogar habría sido imposible. Esto nos indica que en el lapso de una generación las mujeres saudíes han hecho un tremendo progreso fuera del ámbito doméstico. El número de mujeres saudíes que trabajan supera los 2.156.000. La participación de las mujeres en inversiones relacionadas con el comercio alcanza los 50 millones de dólares en los bancos saudíes. Sin embargo, su participación en actividades económicas no hace que se les reconozca como ciudadanas de pleno derecho con personalidad individual y control sobre su vida personal y social. Como resultado de la persistencia del tribalismo en la sociedad saudí y en la estructura del sistema político estatal, la identidad de la mujer todavía se atribuye a su tribu, familia o marido en lugar de estar definida por su ciudadanía. Además, el elevado nivel educativo que ha alcanzado un número considerable de mujeres saudíes no parece haberles proporcionado espacio político ni derecho a ocupar puestos de responsabilidad en el sistema monárquico vigente. Esto hace que la paradoja a la que se enfrentan actualmente las saudíes es la de estar a la vez presentes y ausentes, visibles en la economía pero invisibles en la vida pública. La paradoja no puede explicarse diciendo que la economía saudí está contenida dentro de la doméstica. Al contrario, la Arabia Saudí de hoy día, como importante productor de petróleo, es en muchos sentidos una sociedad post-industrial. Con toda la infraestructura que esto conlleva, el estado de la economía saudí hace la paradoja incluso más pronunciada, porque lo que tenemos en este país es una sofisticada sociedad tecnológica en la que las mujeres son invisibles. Invisibles no significa que no existan, significa simplemente que no se las ve, como si fueran criaturas de alguna película de ciencia-ficción. Pero la Arabia Saudí actual no es una invención de la ciencia-ficción, excepto en el sentido de que todos los regímenes políticos son ficciones. La Arabia Saudí de mujeres ausentes y presentes, visibles e invisibles al mismo tiempo, es un país en el que las mujeres viven en un estado de “apartheid de género” y se esfuerzan en conseguir la igualdad.

Las saudíes están visibles en la economía pero invisibles en la vida pública. Invisibles no significa que no existan, significa que no se las ve, como si fueran criaturas de alguna película de ciencia-ficción

Por tanto, me gustaría indicar cómo el brillo de la imagen del velo negro de las saudíes es capaz de iluminar la mitad oscura de Arabia Saudí. Voy a mostrar algunos primeros planos de las mujeres saudíes que contrastan con su invisibilidad, y lo haré desde el punto de vista de un observador externo. Este resumen pretende conseguir que el lector considere a la mujer saudí a través de sus retos diarios más allá de la imagen estereotipada de un objeto negro que se mueve, como desgraciadamente la han retratado algunos pintores occidentales o la imaginan algunos periodistas. Esto no es una defensa o una condena de la invisibilidad de las saudíes, sino un simple intento de explicar que ni su presencia invisible en la esfera pública ni su ausencia en la arena política significan que no estén presentes en la esencia de los retos feministas y sociopolíticos. A pesar del entorno restringido en el que se encuentran, estas mujeres llevan a cabo cada día campañas y negociaciones a fin de asegurarse un papel activo en su sociedad y alcanzar el pleno reconocimiento de la situación femenina como una cuestión de moralidad y legalidad. Además, están intentando hacer frente a una larga historia de tradición política saudí que ha permitido el dominio de una única lectura, conservadora, del fiqh islámico, y a la legislación relativa al estatus y a los derechos de las mujeres. A pesar de que no existe ni una sola organización para los derechos de la mujer ni ningún movimiento feminista, ya que las ONG aún no están permitidas en el país, sí que existe una conciencia feminista que se está extendiendo lentamente pero con paso seguro entre diferentes estratos de mujeres y no solo entre aquellas con formación académica. En este sentido, no es de extrañar que en 2007 el comité enviado por la ONU para inspeccionar la aplicación de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) anunciase que había recibido un informe paralelo, por parte de un grupo anónimo de mujeres, refutando el informe oficial gubernamental.

De esta manera, a pesar de que el feminismo, en un sentido conceptual y abstracto, es un término que no goza de buena reputación, sobre todo entre los sectores sociales más tradicionalistas y las facciones religiosas más fanáticas, su fuerza está muy presente en los debates de las saudíes en defensa de sus derechos como mujeres musulmanas y como ciudadanas, desde la perspectiva de la sharía y desde la civil.

Los artículos escritos por mujeres, que aparecen en prensa e internet, sobre su situación en el país sirven de parámetro para valorar su opinión sobre asuntos de naturaleza feminista. Escribir, sobre todo desde que recientemente se les permite hacerlo, se está convirtiendo en uno de los medios más dinámicos e influyentes que las saudíes emplean para expresar sus opiniones públicamente y hacerse oír por las autoridades.

Preocupaciones y logros clave de las mujeres en Arabia Saudí

Preocupaciones

• Las mujeres se encuentran sometidas a un rígido sistema de custodia masculina.
• Las mujeres no poseen capacidad legal plena. La ley establece que un hombre les tiene que dar permiso para trabajar, viajar, estudiar, casarse, recibir atención médica o acceder a cualquier servicio público.
• La estricta segregación entre hombres y mujeres impide que las mujeres participen plenamente en la vida pública. La ley exige a las mujeres que permanezcan separadas de cualquier hombre que no sea miembro de su familia.
• Las mujeres en Arabia Saudí tienen un acceso extremadamente limitado a puestos que implican toma de decisiones.
• Las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres, en especial en lo que se refiere a nacionalidad, testimonio legal, divorcio, custodia de los hijos y libertad de movimiento.
• No se les permite acceder a determinados estudios, como ingeniería o arquitectura.
• Los derechos de las mujeres han mejorado ligeramente, en el sentido de que existen algunos grupos no oficiales que promueven sus derechos.
• Una de las principales exigencias de las mujeres saudíes es contar con una ley sobre el estatus familiar escrita y bien documentada, además de que haya mujeres representadas en el proceso de documentación.
• Otro asunto por el que hacen campaña es que se legisle un castigo adecuado para quienes cometan cualquier tipo de violencia contra las mujeres, incluyendo aquí también el matrimonio con menores de edad. También están luchando por el derecho a transmitir su nacionalidad a sus hijos de maridos no saudíes.
• Están presionando para poder votar y participar en las elecciones municipales, y también piden de una manera discreta ser miembros de pleno derecho del Machlis al-Shura, el Consejo Consultivo, ya que esperan que se sustituya el sistema de nombramiento por uno de elecciones. Esta esperanza surge de la necesidad de que esta institución vaya más allá en su limitado papel como organismo consultivo para adquirir los derechos y responsabilidades legislativas plenas propias de un parlamento.

Logros

A pesar de la realidad social que demuestra que el apartheid de género, y consiguientemente la desigualdad, se encuentran dentro del discurso político de Arabia Saudí y de sus estructuras sociales, los derechos de las mujeres están siendo testigos de importantes mejoras. Algunos aspectos de estas mejoras los ha puesto en marcha el Gobierno dentro de su anunciado proyecto de reforma, que fue iniciado por el rey Abdullah bin Abdulaziz. Otros son el resultado del gran esfuerzo realizado por grupos no oficiales de mujeres saudíes para promover sus derechos. A esto hay que añadir la influencia de escritores y escritoras que se esfuerzan por representar la voz y las opiniones de la mayoría de las mujeres saudíes, deseosas de conseguir la igualdad de género y de que se lleven a cabo reformas sociopolíticas en todo el país.

• Las mujeres han progresado mucho en el campo de la educación. La tasa de niñas inscritas en escuelas primarias ronda el 65%, y aproximadamente el 58% de los universitarios son mujeres, a las que ya se permite estudiar derecho y periodismo La educación es gratuita para hombres y mujeres que sean ciudadanos saudíes.
• Las mujeres constituyen aproximadamente el 16% de la fuerza laboral y predominan en los campos de la educación, la sanidad, y en menor medida en la Administración Pública. Ya pueden registrar actividades empresariales sin tener que demostrar que han contratado a un hombre como gerente, como sucedía antes.
• El 27 de abril de 2007, el rey designó a la primera mujer presidenta de la Universidad de Mujeres de Riad, la primera institución bautizada con el nombre de un miembro femenino de la familia real: Universidad Femenina Norah (llamada así en honor a la hermana del rey).
• Las mujeres saudíes ya pueden solicitar su carné de identidad sin el consentimiento de un guardián. Este carné les ofrece una variedad de nuevas posibilidades, incluyendo la de abrir una cuenta bancaria independiente y solicitar préstamos bancarios.
• Nura al-Fayez fue la primera mujer que ocupó un cargo ministerial, al ser nombrada Vice-Ministra de Educación Femenina.

Estos retos y logros de las mujeres saudíes no deben considerarse solamente ejemplos ilustrativos de las confrontaciones que, pacientemente pero con determinación, sortean estas mujeres diariamente. En cualquier caso, vale la pena mencionar que el maratón no ha hecho más que empezar.

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