Mohammed el-Ashry
Es novelista y escritor. Trabaja como geólogo especializado en la perforación de petróleo. Ha sido galardonado numerosos premios, entre ellos el Premio de Novela “Ihsan Abdelqaddus”, 2008. [+ DEL AUTOR]

Mansoura Ez-Eldin. Entrevista con la autora Egipcia

Mohammed el-Ashry (Egipto, 1967) es novelista y escritor. Trabaja como geólogo especializado en la perforación de petróleo. Autor, entre otras, de las obras “La manzana del desierto” e “Imaginación caliente”. Ha sido galardonado numerosos premios, entre ellos el Premio de Novela “Ihsan Abdelqaddus”, 2008 y el premio de literatura romántica de la Agencia Seven Kiss, 2009. Escribe en el periódico libanés “Al Nahar”.

La escritora egipcia Mansoura Ez-Eldin, nacida en 1976, estudió Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de El Cairo. Comenzó publicando cuentos cortos en diferentes revistas y periódicos –tanto egipcios como árabes– con tan solo 20 años de edad. Su primera colección de cuentos, titulada Luz vibrante, fue publicada en 2001 en El Cairo por la Editorial Merit, y ha sido traducida al inglés, italiano, francés y esloveno.

Mansoura Ez Eldin

Mansoura Ez Eldin

En 2004 publicó, también con Merit, su primera novela, titulada El laberinto de Mariam, de la que se han hecho tres ediciones, una de ellas a través de la Sociedad General de Escritores y otra en inglés a cargo de la Editorial de la Universidad Americana de El Cairo (2007). En 2009 salió a luz su segunda novela, publicada por la Editorial al-Ayn y titulada Detrás del paraíso, con la que ha llegado a ser finalista en la tercera edición del International Prize for Arabic Fiction, la versión árabe del Premio Booker.

Actualmente es una afamada periodista en Egipto, que trabaja como editora de la sección “al-Kutub” del semanario Akhbar al-Adab, publicado en El Cairo por la Editorial Akhbar al-Yaum. Por todas estas razones hemos querido aprovechar la ocasión de entrevistarla para preguntarle algunas cosas sobre ella y su obra.

Cuando hablas de literatura árabe moderna siempre destacas su carácter atrevido respecto a la literatura de antes, ya sea de estilo político, religioso o social, enfatizando además su objetivo de exaltar o realzar lo marginal, lo oscuro. ¿Cómo es esto?

Lo que quiero decir es que la forma o el estilo de escribir de la generación joven de hoy día es más atrevida y valiente, no tiene pelos en la lengua al tocar temas espinosos o tabúes, ni en sacar a la luz cuestiones que han permanecido ocultas durante mucho tiempo. Se nota un interés por dar una explicación a las cosas, por hacerse preguntas sobre nuestra historia socio-política, por eliminar barreras. Por ejemplo, si analizamos los puntos de vista del periodo nasserista (años 70), notaremos que son distintos a los de los años 60. Muchos escritores modernos, entre ellos yo, escribimos desde una situación no alineada, con el objetivo de ver el mundo y la sociedad que nos rodea de una manera más neutra, lejos de afiliaciones a un movimiento concreto que pueda nublar la mente, la vista o el pensamiento, con ansias de una apertura a la cultura mundial.

Ahora se busca escribir sobre todo lo que, durante mucho tiempo, estuvo al margen o se pretendía ignorar. Todo ese tiempo la cultura árabe se habituó a mirar por encima del hombro las novelas policíacas, de terror o de ciencia-ficción, situación que ha cambiado últimamente, aprovechándose estos temas y estilos que estaban al margen décadas atrás. Hasta hace poco se ignoraba o se hacía burla de los libros de estilo raro u oscuro, que eran tachados de sobrenaturales, ficticios y fantásticos, aunque todo esto ha sido modificado en los últimos años por los escritores modernos, que los han situado entre los estilos y géneros más valorados y solicitados, al menos en Egipto.

Tu estilo se caracteriza, en gran medida, por utilizar el género de terror, hasta el punto de asustar al lector, que llega a sentir amenazas violentas y acaba viendo el mundo como un lugar salvaje, lleno de catástrofes y miedo. ¿Está influenciado este estilo por tu sentimiento como mujer oriental? ¿Qué te lleva a mostrar el mundo de esta forma?

Ciertamente es así. Mis cuentos se caracterizan, sobre todo los primeros, por pertenecer al género de terror hasta el punto de que mi novela El laberinto de Mariam se puede considerar de terror y pesadillas, aunque esto no se debe a mi condición de mujer oriental. Desde la infancia me he ido empapando de una cultura de mezclas religiosas, cristiana, musulmana y judía, de costumbres y de creencias populares basadas en supersticiones, cuentos sobre duendes y fantasmas, siendo mi primera gran lectura Las mil y una noches, que causó en mí un gran impacto y una influencia considerable. Además, tuve una niñez caracterizada por una amplia e ilimitada imaginación, haciendo de hechos o cosas sencillas grandes historias fantásticas. Nunca me ha atraído escribir únicamente sobre la pura realidad, sino mezclarla con fantasías, ciencia-ficción, etc., y por eso puedo definir mi actual estilo como una combinación de realidad con ficción, acercándome mucho a las pesadillas entrelazadas con realidad e incluso, en ocasiones, única y exclusivamente pesadillas.

Sobre lo de tratar temas violentos, catastróficos y demás asuntos similares, a veces desagradables, es porque intento dar a conocer el lado oscuro y marginal de las cosas, y porque llevar la psicología humana al límite es lo que nos proporciona información que suele quedar oculta casi siempre.

¿Ha contribuido algo nuevo la literatura moderna a la innovación? ¿Qué han aportado las escritoras a la cultura árabe? ¿Trata la literatura femenina los problemas de la mujer, sacándolos a la luz y haciendo hincapié en ellos?

Pues pienso que la literatura moderna ha innovado mucho, aportando una amplia variedad de temas y estilos, antes considerados tabúes, propiciando una apertura cultural significativa, tal y como ya he comentado en la primera pregunta. En lo que respecta a la mujer escritora árabe, su aportación ha sido bastante importante. A ver, durante siglos la voz femenina ha estado muda y ha sido recientemente cuando las mujeres árabes han empezado a hablar y escribir con fuerza, aunque tampoco se puede generalizar a nivel de todo el mundo árabe, pues dependiendo de un país a otro podemos encontrar dos corrientes principales: una que está formada por escritoras orgullosas de ser mujeres modernas y luchando por mostrar sus ventajas por ser mujeres, y otra corriente que está constituida por escritoras acomplejadas de ser mujeres e imitando actitudes masculinas, considerando una vergüenza el hecho de haber nacido mujeres en el mundo árabe. A mí personalmente no me gusta clasificar estilos y géneros, sino que intento escribir algo interesante para que el lector haga con mi novela lo que desee y la interprete y juzgue como mejor crea. Si una novela es buena e interesante no hace falta clasificarla, es buena y punto. Es cierto que mi obra refleja mi forma de pensar, que consiste en un interés continuo por los movimientos feministas; sin embargo, estoy en contra de las que suponen que las relaciones entre hombres y mujeres son una especie de lucha sin cuartel. Yo busco la igualdad relativa y el equilibrio entre hombres y mujeres, pero no es una batalla y nunca calificaré de antemano una novela como mala porque esté escrita por un hombre y como buena la que esté escrita por una mujer, porque eso se llama tener complejos.

¿Tenías planeado que fuera una mujer la protagonista principal de tu primera novela, “El laberinto de Mariam”, al igual que lo es en tu segunda novela “Detrás del paraíso”? ¿Es casualidad? ¿Qué función representa la mujer y cuál es su problema en tu obra?

Por supuesto que no lo planeo previamente. Cuando me viene una inspiración empiezo a escribir, y a medida que voy escribiendo la historia va tomando forma y van surgiendo los personajes. Si planeara de antemano todo lo que voy a escribir la inspiración no estaría presente y eso es un error. Es cierto que la figura de la mujer es importante para mí y es mi forma de pensar. De hecho, la figura femenina es el eje de mis dos novelas. Sin embargo, normalmente prefiero escribir sin ninguna obsesión. En mis libros, sobre todo en Detrás del paraíso, hablo de todas las mujeres en general sin olvidar ni menospreciar la figura masculina.

¿Qué misión cumple la mujer, ya sea la rural o la capitalina, en la sociedad egipcia? ¿Y a nivel del mundo árabe, en concreto en Oriente Próximo, cómo ves a la mujer?

Considero muy importante el papel de la mujer, tanto la egipcia como la árabe, ya sea en el pueblo o en la ciudad, aunque no se tenga siempre en cuenta. Creo que, a pesar de que la lucha por obtener todos sus derechos no siempre prospere, no debe abandonarla nunca para no perder lo conseguido hasta ahora, aunque eso no significa obtener derechos perdiendo deberes y obligaciones.

Sin duda, la mujer rural, sobre todo la de edad avanzada, es considerada por los hombres como “una piedra más de la casa”, mientras que las mujeres urbanas desempeñan infinidad de trabajos, accediendo definitivamente al mundo laboral con los hombres. Sin embargo, y a pesar de que las mujeres de ciudad trabajan fuera de casa, o estudian, están sujetas a una presión social quizás mayor que hace 50 años. Esto es debido a la regresión de la sociedad hacia valores religiosos y tradicionales más conservadores que hace un siglo. En los años 50 las mujeres iban por la calle con minifalda, sin velo y con naturalidad, mientras que hoy en día estas mujeres son consideradas sinvergüenzas e incluso en ocasiones la presión social es tan fuerte que provoca problemas típicos de principios del siglo XX. Obviamente no podemos generalizar, ya que esta situación puede variar de un país a otro. Así, es más fácil para una mujer vivir en Líbano, Túnez o Egipto que en Sudán, Yemen o en los países del Golfo. Incluso en un mismo país la cosa puede cambiar según la clase social, o la ubicación, pueblo o ciudad.

Al leer tu colección de cuentos cortos y las dos novelas que acabamos de comentar, el lector puede observar que la mujer escapa de la realidad en la que vive para refugiarse en un mundo de ficción, fantasía, sueños y terror. ¿Es esta la forma de evadir la realidad que tiene la mujer en tus obras? ¿Es posible encontrar alusiones o influencias de la realidad en el mundo irreal y fantástico de tus obras?

Efectivamente, hago alusión al mundo fantástico e irreal como refugio para la mujer que quiere escapar de la realidad en que vive. Sin embargo, yo no soy partidaria de esto como solución, eso se lo dejo a las novelas románticas. De hecho, el mundo fantástico está continuamente codeándose y mezclándose con el mundo real. Por ejemplo, El laberinto de Mariam muestra el mundo de los sueños y las pesadillas, pero en el fondo es un repaso a la historia de Egipto desde la época de los faraones hasta nuestros días a través del personaje de Mariam. Otro ejemplo es Detrás del paraíso, en la cual se muestra la historia de la protagonista, Salma, en su descubrimiento de su propio cuerpo, de su familia, de su pueblo, al tiempo que se mezcla con los cambios sufridos por éste en las últimas décadas debido a la presencia de una fábrica de ladrillos en el Delta del Nilo. ¿Acaso esto no es real?

Los personajes de mis novelas o cuentos, sean hombres o mujeres, son objeto de vivencias reales y ficticias, y a veces hacen frente a la realidad y en otras ocasiones escapan de ella hacia un mundo irreal.

En “El laberinto de Mariam”, se hace alusión al éxodo del Pueblo de Israel. El crítico Mohammed al-Shahhat, comentando tu obra, muestra el importante espacio que transforma el relato en una serie de elementos con tintes religiosos (tanto cristianos como musulmanes) que no se limitan a los nombres (María, José, Juan, Kauthar, Sofía, Saleh, Noor, Zaynab…). ¿Hasta qué punto su crítica coincide con tu punto de vista, tus convicciones y tu pensamiento creativo?

Estoy totalmente de acuerdo con él, pues veo que la tradición religiosa generalmente es la primera fuente de lo oculto y lo metafísico. Veo en muchas de las historias religiosas de los profetas y sus milagros una visión puramente artística. Me intereso generalmente por el conocimiento de lo sobrenatural y la dimensión mitológica y su influencia en la realidad y en la Humanidad. Con todas estas tradiciones religiosas no es de extrañar que mi creación esté influenciada por lo sobrenatural. Para mí es un desafío el hecho de sacarle fruto a estas ricas tradiciones escribiendo obras destacadas que iluminen nuestro momento actual.

“Detrás del Paraíso” es una novela en la que tratas el asunto de la destrucción de las zonas agrícolas en Egipto, haciendo especial hincapié en las transformaciones sociales desde los años 40 hasta comienzos de los 90. ¿Qué te ha motivado a recordar esta etapa concreta? ¿Es una excusa para tratar los problemas de las diferencias entre clases sociales y las siempre tensas relaciones hombre-mujer en el Egipto de esa etapa?

Bueno, hace seis años falleció mi madre en el pueblo que me vio nacer en el Delta del Nilo. A partir de su muerte comencé a visitar mucho el pueblo. Un día se me ocurrió escribir la biografía de mi madre paralelamente a la historia de cómo la implantación de una fábrica de ladrillos hace 50 años en el pueblo desencadenó una serie de efectos negativos importantes que trato en la novela. A veces, escribiéndola, se me iba la imaginación a otra dimensión y me introduje en mundos irreales. Esta novela es Detrás del paraíso. En ella se palpa la diferencia de clases, religiones y el problema de la mujer, provocados por la apertura de la fábrica, desde los años 50 hasta los 90. A su vez, la implantación de la fábrica obligó a arrasar previamente hectáreas de regadíos y árboles…

¿Ha conseguido la mujer árabe que le sean reconocidos sus derechos? ¿Qué tiene que hacer la mujer para conseguir su libertad plenamente, en un mundo árabe dominado por hombres que viven en el pasado y donde éstos consideraban a la mujer como una propiedad de la que podían disponer en cualquier momento?

El tipo de coraje o furia que nace de lo más profundo del ser es lo más peligroso y puede mover montañas. Cuando la mujer busca sus derechos debe saber que lo primero en lo que debe pensar es en sentirse independiente y nunca como propiedad de nadie. El segundo paso a tener presente siempre es que el derecho y la libertad no se reciben como un regalo o ayuda, sino que hay que luchar con la razón para conseguirlo. Como dije antes, ahora es más difícil para la mujer obtener la tan anhelada libertad que hace 50 años, debido a la sociedad actual tan regresiva con la tradición y los valores religiosos conservadores en la que vivimos.

¿Qué puede insinuar el título “Detrás del paraíso”, sobre todo cuando la palabra “paraíso” (“firdaus” en árabe) es algo heredado y que siempre ha estado presente en el pensamiento, cultura y costumbres populares y religiosas del mundo árabe? ¿O es que solo se trata de una suposición o utopía filosófica pura, tal y como comenta Sherine Abu al-Naja en su crítica a la novela en cuestión?

La palabra “paraíso” en mi novela tiene varios usos conjuntos: el religioso, el social y el filosófico. El paraíso, en mi novela, pasa a veces de ser un sueño a una imaginación que enmascara la conciencia y ciega la visión de la realidad. Hablo de un paraíso personal del cual cada persona tiene un punto de vista diferente. Detrás del paraíso se compone de personajes, cada cual con un sueño personal del paraíso, diferente de los otros personajes. Por ejemplo, Samih sueña con formar la tradicional familia en Damasco con los valores de antaño, mientras que Salma sueña, utópicamente, con alcanzar un paraíso en la sociedad actual donde sea capaz de obtener su libertad anulando ese pasado que Samih tanto anhela. El final de la novela refleja la necesidad de luchar contra los problemas y no escapar de la realidad. En definitiva: el paraíso nace en el seno de cada persona y difiere de unas personas a otras.

“¿No recuerdas qué le hizo aquel hombre a Salma cuando la ató al árbol y la golpeó?” Esto es un pasaje de la novela. ¿Crees realmente que la mujer sufre en la sociedad egipcia y árabe en su camino hacia su libertad y sus derechos? ¿O por el contrario son ilusiones e imaginación de la mujer árabe, que sigue creyendo que es imposible salir del atolladero aún cuando ese atolladero ha dejado de existir?

Sin duda, la mujer sigue sufriendo en su lucha por obtener la tan ansiada libertad, por cambiar las estrictas normas y tabúes de la sociedad. Es evidente que los hombres también sufren por avanzar en la eliminación de barreras, aunque ellos no cargan con el peso de los problemas de la mujer. A veces, las mujeres hacen sufrir a otras, aunque esto suele ser tabú y las escritoras árabes no lo mencionan en sus novelas. Son las abuelas de los pueblos las que más atentas están ante la actitud de sus hijas y nietas. Por eso, son estas abuelas las que convierten a la mujer en su primera víctima. Bueno, no se puede generalizar aunque en muchos casos es así. Como comentábamos antes, siempre será más difícil esta situación para la mujer de pueblo que para la mujer de ciudad.

¿Cómo valoras los premios literarios en Egipto, y el hecho de que “Detrás del paraíso” haya conseguido ser finalista en los Premios Booker?

Es un éxito personal, pero también lo es para las generaciones jóvenes, que han visto cómo por primera vez se ha permitido ser finalistas a dos novelas de la nueva generación: la mía y América, del libanés Rabi’ Jaber. Esto nos abre puertas cara al reconocimiento en el mundo árabe, supone un cambio en los cánones (hasta ahora, solo se concedían premios a los veteranos) y hace que editoriales importantes del mundo árabe se fijen en las nuevas generaciones.

¿Cómo planificas tu trabajo? ¿Te ayuda tu marido valorando lo que haces? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

La verdad es que no es fácil compaginar mi trabajo en prensa con mi labor de madre de una hija de 7 años. Así que el tiempo libre lo dedico a escribir. Agradezco que mi marido acepte mi trabajo y me apoye con fuerza, sin olvidar que él también es novelista y por eso valora la naturaleza de este trabajo y aguanta mis repentinos cambios de humor cuando estoy inmersa en mi labor de escritora. Bueno, yo también aguanto los suyos porque valoro esta profesión que nos ha unido. En cuanto a nuevos proyectos, me alegra decir que estoy a punto de terminar de escribir una colección de cuentos cortos y, además, trabajo en una nueva novela que se desarrolla en El Cairo actual y que cuenta la historia de tres mujeres de generaciones distintas.

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