Miral al-Tahawi
Profesora, escritora y novelista egipcia. Lectora visitante, Department of Middle Eastern and South Asian Languages and Cultures, University of Virginia, EEUU. [+ DEL AUTOR]

La evolución de lo prohibido en la literatura árabe femenina

La literatura árabe femenina ha ido pasando por muchas y diversas etapas, estando ligada, desde sus inicios, a los movimientos de liberación de la mujer, a los sueños de emancipación del yugo social y a la rebelión contra los cánones de la sociedad y de las costumbres y tradiciones, jugando un papel decisivo en el descubrimiento de los problemas de la mujer en el mundo árabe y musulmán. Asimismo, la mujer ha intentado romper con los temas considerados hasta entonces como tabú, provocando un gran debate sobre su libertad de expresión, poniendo fin, generación tras generación, al prolongado letargo femenino, cambiando el concepto de lo prohibido en el mundo femenino árabe. También hemos sido testigos de la influencia negativa provocada por las corrientes del islam sobre el concepto de lo prohibido en todos los aspectos, y cómo se han desvanecido los sueños de liberación de la mujer, lo que ha hecho que surjan nuevas formas de escribir para rebelarse contra una realidad social apoyada y consolidada por la literatura tradicional. También hemos presenciado la aparición de un nuevo tipo de público, el extranjero, siendo esto posible gracias a la traducción a diversos idiomas de muchas obras escritas en árabe, lo cual ha favorecido que se pueda salvar la barrera idiomática.

la escritora egipcia Nawal el-Saadawi

la escritora egipcia Nawal el-Saadawi es felicitada mientras recibe el título de doctora Honoris Causa en la Universidad Libre de Bruselas. Bruselas, Bélgica, 28 de noviembre de 2007. / Benoit Doppagne /EFE

Esta reflexión tiene como objetivo mostrar los puntos de vista de dos generaciones distintas frente a los cambios en los temas tabú y prohibiciones sociales. Podemos estudiar estos cambios y el transcurso de acontecimientos a través de muchas generaciones, aunque he preferido centrarme en comparar dos generaciones correlativas para tener una visión más clara del tema a debatir.

La primera generación a la que me refiero es la de los años 60, en la cual la mujer estaba ocupada persiguiendo la liberación corporal y patriótica, influenciada en gran medida por el movimiento liberal de la mujer en todo el mundo. Sin embargo, tras varias décadas aparece una nueva generación que aprovecha las nuevas tecnologías (internet, e-mail, etc.) y se atreve a discutir sobre política, religión y sexo. Se trata de la generación del tercer milenio que, al contrario de la “generación de los 60”, rompe relaciones con los movimientos de liberación de la mujer. Lo sorprendente de todo esto es que muchas personas pertenecientes a esta generación son mujeres de la Península Arábiga surgiendo lo que se ha llamado la “nueva generación de mujeres saudíes”.
Por eso, al comparar las dos generaciones nos encontramos con dos formas completamente diferentes de ver las cosas, los problemas sociales, sexuales, religiosos; en definitiva, cada generación tiene un concepto de libertad distinto. A continuación, vamos a estudiar el comportamiento de la “generación de los 60”, una generación que se dedicó a escribir tras las puertas cerradas.

LA GENERACIÓN DE LOS 60

A comienzos de la década de los 60 se empezó a escribir sobre asuntos sociales, el compromiso ideológico del concepto socio-político, la libertad de expresión y de pensamiento político o la revolución, todo ello con el propósito de liberar a la mujer de sus yugos tradicionales (sociedad, familia). Así, en esta época podemos ver novelas como La puerta abierta, de la escritora egipcia Latifah al-Zayyat, Memorias de una doctora de la egipcia Nawal al-Saadawi, varias obras de la escritora siria Ghada al-Samman, o Yo estoy viva, de la también siria Layla Baalbaki, como claros ejemplos del compromiso de estas autoras con la libertad socio-política, además de la liberación de la mujer en el mundo árabe. De hecho, La puerta abierta de la egipcia Latifah al-Zayyat se convirtió durante varias décadas en un referente de cómo deben escribir las mujeres árabes, mostrando un modelo de mujer que es capaz de imponerse a lo establecido y dibujar nuevos horizontes para su liberación. Cuenta la historia de Layla, una chica nacida y criada en el seno de una familia de clase media que le dio la oportunidad de aprender, formarse y estudiar en la universidad. Debo señalar que era habitual en las familias acomodadas y de clase media del Egipto de los años 50 y 60 permitir a sus hijas estudiar en la universidad para así parecerse más a las familias aristocráticas de aquel entonces; sin embargo, esto se hacía solo para aparentar socialmente. La verdad es que esta libertad y apoyo al aprendizaje no conllevaban la plena libertad en asuntos realmente importantes. Es decir, las chicas no siempre elegían libremente a sus futuros maridos, ni podían cumplir sus sueños. Layla (la protagonista de la obra) nos descubre la enorme contradicción existente entre la libertad para estudiar en la universidad y las restricciones en las relaciones afectivas, amorosas, sociales y familiares. También nos habla Layla de la autoridad del hombre en la casa y en la sociedad, que en la mayoría de los casos acaba con los sueños y libertades de la mujer, que se resigna a acatar las reglas y normas impuestas y se ve obligada a aceptar al esposo elegido por el padre. Layla intenta rebelarse pero es inútil porque sobre la mujer siempre pende la amenaza del escándalo, lo cual da pie a una lucha interior que la llevará a aprovechar los amigos de la universidad para introducirse en política y así liberarse del yugo familiar.

Layla sirvió de modelo para las chicas de mi generación y de generaciones posteriores a la hora de luchar por las libertades femeninas, combatir los patriarcados y las tradiciones incoherentes, luchar por la incorporación de la mujer al mundo laboral… En definitiva, por ocupar lugares en la sociedad hasta entonces reservados a los varones. Sin embargo, Latifah al-Zayyat quiere dejar claro que existen unos límites que las mujeres no pueden sobrepasar y que, a veces, deben resignarse y ceder algunos puestos a los hombres.

Latifah al-Zayyat se convirtió en un referente de cómo deben escribir las mujeres, mostrando un modelo de mujer capaz de dibujar nuevos horizontes para su liberación

En cambio, la obra Memorias de una doctora de Nawal al-Saadawi es mucho más radical y revolucionaria aunque solo en las conclusiones. Es decir, Nawal expone los mismos problemas sociales que Latifah, aunque su postura es más dura e inconformista con la situación, la realidad social y las ventajas masculinas. Lo que hace más radical la obra de Nawal es que ésta cita con detalles concretos muchos problemas íntimos de la mujer árabe sin pararse a pensar si el tema es tabú o no. La historia de Nawal comienza igual que la de Layla. La protagonista de Memorias de una doctora también es una chica nacida y criada en una familia de clase media que llega a la universidad para estudiar Medicina, consiguiendo su propósito. Esta doctora va a revelar muchas intimidades de las chicas que acuden a su consulta, mostrando los problemas de estas mujeres. La descripción está hecha de forma valiente y bastante radical comparado con otras obras, situando el tema de la virginidad como una problemática común a muchas jóvenes de la sociedad: cuenta cómo chicas que habían perdido su virginidad antes del matrimonio acudían a su consulta con el propósito de devolver al himen su aspecto original antes de casarse, por miedo al escándalo. Chicas que han sufrido la ablación en silencio, chicas con embarazos prematuros que recurren a operaciones de aborto en secreto, y un sinfín de problemas que generaban debate, pero relatado siempre guardando el secreto profesional para salvaguardar la seguridad de las pacientes.

Una mujer observa una gran estantería con libros

Una mujer observa una gran estantería con libros durante la jornada de apertura de una feria del › libro en lengua francesa. Beirut, Líbano, 22 de octubre de 2009. / Wael Hamzeh /EFE

Durante años el nombre de Nawal al-Saadawi estuvo ligado a las palabras coraje y valentía por exponer los problemas femeninos de la época, siendo considerada como un referente para las chicas egipcias de los años 50, 60 y 70, como una vía de escape y balón de oxígeno para una generación de mujeres ahogadas por la presión social y familiar de aquellos años. Lo que ayudó aún más a Nawal a mantener dicho estatus fue el hecho de que era mujer, árabe y egipcia, lo que significaba que conocía bien los problemas de los que hablaba. Esto no quiere decir que su obra quedara destinada exclusivamente al mundo árabe, ya que el hecho de que fuera traducida a varios idiomas sirvió para que traspasara fronteras.

Además, Nawal sirvió de referente y guía para otras escritoras árabes de la época, que vieron en ella una forma de acabar con los temas tabú y contar las cosas tal y como las veían y vivían. A su vez, Nawal tradujo obras de otras escritoras árabes a varios idiomas extranjeros, lo que supuso un gran impulso a una nueva forma de escribir sobre estos temas tanto dentro como fuera del mundo árabe. Su estilo llegó a ser calificado de escandaloso, ya que muchas de sus obras provocaban revuelo entre la sociedad, lo que llevó a grandes debates. En la actualidad, Nawal al-Saadawi sigue escribiendo, comprometida con los derechos humanos y originando todo tipo de reacciones y respuestas, y además sigue congregando a seguidores que comentan sus obras. En este sentido, merece la pena señalar la obra Men, women, and god(s) de la escritora Fadwa Malta Douglas, que analiza el trabajo de Nawal tanto en sus aspectos sociales como políticos.

En Siria brilla un nombre femenino con luz propia: Ghada al-Samman, la cual he estudiado personalmente y a fondo durante mi tesis doctoral. Ghada al-Samman es otro de esos referentes imprescindibles en este campo y que ha aportado su grano de arena en este círculo de escritoras árabes comprometidas con los problemas de la sociedad que durante siglos estuvieron ocultos y considerados tabú. Ghada nace en el seno de una familia de clase media, y tras acabar sus estudios universitarios viaja a París para doctorarse en Literatura. En muchas fotos podemos verla con ropa moderna, desenfadada, liberal, con un atrevimiento parecido al de Nawal al-Saadawi, con un gran potencial dialéctico, literario y poético. Cuenta con un repertorio de más de sesenta obras, todas ellas con un estilo atrevido y valiente donde los haya, con un perfecto uso de los recursos literarios, lingüísticos y poéticos.

En los libros de Ghada encontramos a una mujer árabe que busca la libertad y la encuentra, que busca la cultura y también la encuentra, que apoya las relaciones sexuales y sentimentales libres de carga o responsabilidad, sin ataduras. Sin embargo, muestra siempre el mismo final para ella: el mundo árabe es contradictorio porque al hombre le gusta conocer a una mujer libre y liberal, mantener con ella relaciones, que sea culta… pero a la hora de casarse prefiere hacerlo con una a la que no le interese la cultura, sino que sea servicial, ama de casa, ya que no podría compartir cama con una mujer muy culta. Es por eso que decimos que es un mundo contradictorio. Ghada reitera en determinadas ocasiones las dificultades que entraña la sociedad árabe, contradictoria y en el fondo conservadora. Esta escritora ha estado presente durante años en las portadas de las revistas culturales de medio mundo árabe con cuentos e historias que llenaban páginas y páginas, hasta el punto de compartir cartel con el famoso novelista y escritor palestino Ghassan Kanafani. Con el tiempo se supo que no solo mantuvo con él una relación profesional, sino una relación amorosa presente en muchos de los artículos y poemas de Ghada publicados en las revistas. Todo ello en un momento importante en la vida de Kanafani, que era el portavoz oficial de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Tras el asesinato de Ghassan Kanafani se supo de esta relación amorosa, que existió a pesar de que cada uno por su lado estaba casado y con hijos. Este asesinato fue un duro golpe para muchos y no solo a nivel político sino también a nivel literario, tal y como explicaría Ghada poco después del desafortunado atentado.

En el apartado de obras con un estilo a contracorriente, hay muchos autores y se necesitaría un artículo inmenso solo dedicado a este tema. Sin embargo, podemos afirmar que de Siria, Líbano y Egipto salieron muchas de estas obras que sacaban a la luz historias ocultas, problemas y tabúes que pocos se atrevían a descubrir. Hay obras impresionantemente fuertes en contenido, que incluso se insinuaba en el propio título, como Memoria del cuerpo de Ahlam Mustaganmi o El sabor de la miel de Salwa al-Neimi, que abrieron debates importantes sobre la sexualidad y la mentalidad sexual masculina respecto de la mujer, llegando a ser relacionadas con otras escritas en la antigüedad por religiosos y sabios. Durante décadas había temas que llenaban páginas, se hablaba sobre las violaciones, asesinatos por honor, adulterios; siempre temas relacionados con el cuerpo y la sexualidad, y que muchas veces no hacían sino expresar la rabia de las mujeres árabes por todos los problemas a los que estaban sometidas.

Las diferencias entre generaciones han cambiado debido a la aparición de nuevas escritoras, con nuevos lugares de procedencia, que desempeñan su función a través de las nuevas tecnologías

Muchas obras han puesto de manifiesto el atrevimiento de escribir teniendo en cuenta la presión política, como por ejemplo La corona de la vergüenza, en la que las mujeres se preguntan: ¿Acaso los hombres no cometen actos vergonzosos y por los que deban sentirse abochornados? ¿No deberían saltar las alarmas también cuando se habla de actos masculinos vergonzosos? La escritora Fadila al-Faruk escribió un artículo en el que denunciaba una situación grave y brutal en Argelia, pero que era práctica habitual entre los beduinos en ese país. Cuando una mujer era violada, era detenida e interrogada, pero al ser puesta en libertad era asesinada por gente de su propia tribu para limpiar su vergüenza. Hasta bien entrada la década de los 90 se ha seguido escribiendo en Egipto sobre temas de infidelidad, adulterio, sexo, cuerpo, tabúes o relaciones extramatrimoniales.

Mucho se ha debatido sobre la idea de que las mujeres de mi generación escribían con el único propósito de desprestigiar a los hombres mostrando sus defectos, y oponiéndose rotundamente a una sociedad patriarcal. La verdad es que no se trata de eso exactamente, sino de mostrar nuestras preocupaciones como mujeres en un mundo dominado por los hombres. Queremos escribir bien, lejos de toda crítica como único propósito. Entendemos que somos mujeres, y por eso también escribimos sobre facetas femeninas como los niños, la feminidad, la vida cotidiana o el embarazo, aunque siempre reivindicando nuestros derechos de igualdad.

LA GENERACIÓN DE INTERNET

Hasta hace pocos años las diferencias de opinión entre generaciones eran normales y lógicas, pero hoy eso ha cambiado debido a la aparición de nuevas escritoras, con nuevos lugares de procedencia como Arabia Saudí, que desempeñan su función a través de las nuevas tecnologías. Sin embargo, nos encontramos ante un número aún muy pequeño de escritoras dentro un país tan grande como Arabia Saudí, por lo que constituyen una aportación diminuta a la literatura árabe moderna. Se trata de pocas intervenciones, que se dan de forma esporádica y que escriben casi exclusivamente sobre el amor. Suelen estar vigiladas, es por eso que actúan bajo seudónimos y nunca dan su verdadero nombre. Además, suelen estar sometidas a costumbres e influencias religiosas y sociales acordes con la situación del país. Cuando surge una obra saudí digna de destacar suele ser de un escritor y no de una escritora, como es el caso de Ciudades de sal del famoso Abdelrahman Munif, obra cuya impresión y distribución en Arabia Saudí está prohibida, por cierto. ¿Quién iba a imaginar que en un país como éste se llegaría a imprimir, distribuir y vender (clandestinamente) Memoria del cuerpo, la ya mencionada obra de la argelina Ahlam al-Mustaganmi, y que conseguiría un éxito rotundo gracias al tema tan atractivo que trata? Incluso los lectores saudíes prefieren leer obras escritas por mujeres. Así, contra con todo pronóstico, las obras escritas por mujeres en Arabia Saudí han despertado un gran interés. Y nos referimos a un tipo de mujer joven, nacida y criada en la sociedad del petróleo y de los lujos, que ha sido testigo de los profundos y vertiginosos cambios sufridos por su país, que ha sobresalido por ejercer un trato especial –difícil– hacia la mujer.

Quizás la obra saudí más destacada en este sentido sea Chicas de Riad, de Raja Alsanea. Cuenta la historia de cuatro universitarias de Riad (la capital), llamadas Sadim, Kamra, Lamis y Mashaghel (a la que le gusta que le llamen Michelle, ya que su madre es norteamericana). La novela comienza en una página web, con e-mails y conversaciones mantenidas en chats por estas cuatro chicas donde se intercambian experiencias, y se comentan los problemas típicos de la mujer en su sociedad, aunque no se conocen personalmente. Lamis, apasionada por los horóscopos y enamorada de Ali (hermano de su amiga Fátima), se ve obligada a cortar la relación a causa de las diferencias religiosas entre los dos, y debe casarse con otro chico al que no quiere para ir a vivir a Canadá tras el escándalo en el que se ve envuelta tras ser sorprendida con Ali en una cafetería de Riad. Kamra es una chica tranquila, conformista con las tradiciones y costumbres de su país y que se casa con un chico al que no había visto hasta la noche de bodas. Se trasladan a vivir a Chicago, donde mantienen una relación fría, distante y vacía de sentimientos. Es obligada por su marido a desprenderse del hiyab, el cual había llevado desde la adolescencia por propia convicción. Pasado un tiempo su marido le obliga a ponerse el velo de nuevo con la excusa de que le resalta la belleza. Poco después descubre la infidelidad de su marido con una chica japonesa, hecho que la lleva a tomar la decisión de abandonar los anticonceptivos para así quedarse embarazada, con la intención de recuperar a su marido. Su sorpresa es que al quedar embarazada su marido se divorcia de ella inmediatamente, hecho que la obliga a retornar a su país. Sadim es la mujer que se casa con Walid, el cual la deja al poco tiempo, provocando en ella el deseo de irse con su amor de juventud, al que había conocido en Londres tiempo atrás. Sin embargo, éste la rechaza porque ella es divorciada y por lo tanto ya no es virgen. Así las cosas, no ve otra salida que aceptar casarse con su primo Tarek y montar una empresa dedicada a organizar eventos y bodas. Mashaghel (Michelle) representa la cuarta y última de las protagonistas de la obra. Es la más liberal de las cuatro y tiene un origen mixto, ya que es de padre saudí y madre norteamericana. Un día conoce a un chico en el mercado y acaba enamorándose de él, aunque no consiguen casarse por la oposición de la familia de él debido precisamente al origen norteamericano de la madre de Michelle. Así, decide marcharse a San Francisco para mantener una relación seria con su primo, que vive en esa ciudad norteamericana, pero la relación se frustra y desemboca en el retorno de Michelle a Arabia Saudí y más tarde a Dubai, donde acaba trabajando en una gran empresa de medios de comunicación. Lo sorprendente es que pasado un tiempo tiene la valentía y atrevimiento de viajar a Riad para asistir a la boda de su primer amor y además, baila en exclusiva para los novios como regalo de bodas.

Mujeres saudíes asisten al partido de fútbol entre la selección de Arabia Saudí y › Omán

Mujeres saudíes asisten al partido de fútbol entre la selección de Arabia Saudí y › Omán en la 16ª Copa del Golfo. Kuwait, 6 de enero de 2004. / Raed Qutena /EFE

Aunque las cuatro historias que acabamos de ver constituyen el eje de la novela, ésta también contiene información de otro tipo, como por ejemplo la historia de una mujer kuwaití casada con un saudí, del cual queda embarazada y da a luz un niño que con el tiempo reconocería ser homosexual. Pues bien, la madre pasa años llevando a su hijo a un médico para tratar su problema y complejos, teniendo en contra a toda una sociedad opuesta a cualquier tipo de homosexualidad. Esta obra cosechó muchos éxitos en el momento de su publicación no por su calidad artística y literaria, que es deficiente, sino porque se atreve a exponer en primicia los problemas reales de las chicas saudíes. La obra no solo tiene eco en el mundo árabe sino en prensa extranjera como el Times o el Independent, que dan a conocer este libro a nivel internacional por su alto contenido en temas que hasta entonces habían sido considerados tabú y que nadie se había atrevido a mencionar. Incluso ha llegado a ser considerada como la versión saudí de la famosa obra Sex and the City (Sexo en Nueva York), por tratar sobre las relaciones sexuales de las chicas saudíes. Esta obra sirvió para abrir la puerta a nuevos libros sobre estos temas y no solo fue leída en el mundo árabe sino en todo el mundo, ya que fue traducida a 26 idiomas nada menos. Este tipo de obras terminó con una etapa de silencio en la cual nadie se atrevía a comentar temas tan importantes como la sexualidad, la homosexualidad, los embarazos prematuros, abortos sin conocimiento de los padres, y un largo etcétera que ya se abordan actualmente con una libertad que parecía una utopía hasta hace bien poco.

Este hecho también tiene detractores y opositores dentro del mundo literario. Muchos autores han visto bajar las ventas y el interés por sus libros ya que obras como las citadas antes despiertan mucho más interés que las tradicionales. Estos detractores acusan a libros como Chicas de Riad y otras del mismo género de estar vacías de calidad literaria, por mucho que sus contenidos puedan captar el interés en la sociedad árabe. Realmente, estamos ante un fenómeno social sin precedentes en el mundo árabe actual, y más si tenemos en cuenta la facilidad de distribución y publicación de las novelas hoy en día gracias a nuevas tecnologías como internet. Los hombres saudíes y las familias conservadoras están totalmente en contra de esta corriente, que no hace sino mostrar los defectos, intimidades y vergüenzas de la sociedad saudí. Estos sectores conservadores reclaman la vuelta de la censura con más dureza que antes para acabar con una corriente de escritores y escritoras que comienzan a resultar incómodos. Ante esta situación nos surge la pregunta de si realmente se trata de una corriente fuerte y duradera o si, por el contrario, estamos ante intentos aislados que podrían caer en saco roto. Y otra pregunta que debemos hacernos es si realmente nos acostumbraremos a ver este nuevo estilo consolidado o bien solo son apariciones fugaces con el propósito de ser un desahogo temporal de la sociedad árabe.

Los sectores conservadores reclaman la vuelta de la censura con más dureza que antes para acabar con una corriente de escritores y escritoras que comienzan a resultar incómodos

Otra obra a tener en cuenta es la titulada Los otros de la joven escritora Siba al-Herz, que ha provocado un amplio debate en la sociedad árabe. Este libro fue editado y publicado por la editorial Dar al-Saqi de Londres y, tal y como adelanta la editorial, Siba al-Herz no es más que el nombre artístico de la escritora, ya que no ha dado a conocer su verdadera identidad. Esta obra es compleja y, a su vez, de alto e importante contenido social, sexual, religioso y político, ya que muestra la relación amorosa de dos lesbianas saudíes, pero además arremete contra la rama chií del islam en un país (Arabia Saudí) donde la familia real y gran parte de la población autóctona profesa la versión más radical del islam, la wahabí. Recordemos que el gobierno saudí ejerce una insistente presión contra los chiíes. Así, esta novela abre varios frentes conflictivos (el sexual, el religioso, etc.) en un país de sobra conocido por su alto índice de relaciones homosexuales. Numerosos periodistas han mantenido entrevistas por e-mail con la escritora, preguntándole sobre si su intención al escribir la novela era provocar escándalo y revuelo social y si era una forma de decir a la sociedad saudí que se olvide de su identidad árabe y musulmana en busca de una nueva identidad occidental. Ante estas preguntas, Siba siempre ha respondido negando rotundamente esa intencionalidad. Su única intención era la de informar sobre los problemas de la juventud saudí en una sociedad cerrada, conservadora y machista, reivindicando el derecho a libertad. A la pregunta que le hacen los periodistas sobre el sadismo y sadomasoquismo, presentes en la novela, responde que no es una invención propia sino la muestra de una realidad social que, precisamente, ha ganado fuerza propiciada por el conservadurismo y la sociedad cerrada en la que viven los jóvenes. Por otra parte, Siba declara que ha escrito la novela usando el dialecto de la parte este del país, donde vive una población mayoritariamente chií y ello para dar a conocer la realidad y existencia de esta población aislada, en parte gracias a la presión del gobierno saudí. Lo cierto es que esta novela ha conseguido en los últimos años lo que la mayoría no podía imaginar, y es llegar a convertirse en un best seller y acaparar la atención de gran parte de la juventud árabe. Un hecho que ha facilitado el acceso a la novela ha sido, sin lugar a dudas, la presencia de internet como medio de comunicación rápido y global. De hecho, se ha convertido en una de las obras más leídas en el mundo árabe –particularmente en el entorno saudí– en los últimos tiempos, y todo ello gracias a los variados e importantes temas tratados en la novela.

A pesar de mi alegría por los éxitos cosechados por esta novela que toca, por fin, temas realmente necesarios como la homosexualidad o incluso el chiísmo en Arabia Saudí, he de ser sin embargo reservada y reticente ante las razones –y las personas y hasta organismos– que hay detrás apoyando la aparición y el veloz éxito de esta corriente. La verdad es que tengo serias dudas acerca de la identidad e intenciones de esta escritora empezando por el hecho de que use un seudónimo para esconder su verdadera identidad. ¿Quién es realmente Siba al-Herz? Si es tan atrevida y valiente en lo que escribe, ¿por qué esconder su identidad? ¿Por qué no ha sido entrevistada por ningún medio de comunicación extranjero? Tras leer su novela me surgen serias dudas sobre si realmente Siba es una mujer o un hombre. Existen pasajes en la novela que indican que la persona que escribe es hombre y otras veces mujer, aunque esto no se ha podido comprobar aún.

La tercera novela que comento es la titulada Al- Awaba, que cuenta la biografía de una mujer saudí desde sus años de infancia hasta su etapa de matrimonio con un enfermo mental, pasando por relaciones amorosas inmorales, y todo ello, culpando a la sociedad árabe conservadora en la que se crió. Los críticos literarios no suelen prestar mucha atención a este tipo de novelas ya que se publican por internet, y a veces bajo seudónimos. En este caso, la novela ha sido escrita por un hombre saudí que toma un seudónimo femenino.

Estas tres novelas tienen en común haber sido publicadas y distribuidas a través de internet y esto es lo que me ha llevado a sentir el interés suficiente para estudiar este fenómeno más a fondo. No debemos olvidar que este interés ha traspasado fronteras llegando hasta la prestigiosa Universidad de Harvard,la cual ha creado todo un taller de estudios e investigaciones sobre el fenómeno de las relaciones sexuales y homosexuales en Arabia Saudí. Debemos tener en cuenta que estas novelas se escriben a partir de casos reales presentes en la red. Sin lugar a dudas, internet ha supuesto una vía de escape para muchas mujeres árabes (y más para las saudíes) que, por primera vez, han conseguido llegar a todos los rincones del mundo, que sean oídos sus problemas, recibir consejos e incluso a que sus problemas sirvan para que otros escriban novelas que llegan, en ocasiones, a convertirse en auténticos best seller. Podríamos considerar internet como un espacio abierto donde las mujeres saudíes pueden hacer todo lo que tienen prohibido hacer en público en un país cerrado a cal y canto para ellas. Un país donde las mujeres aún luchan por poder salir a la calle sin velo o incluso conducir, por no hablar de la posibilidad de viajar si no es en compañía de su hermano, marido o padre.

Efectivamente, hasta los años 80 y principios de los 90, el gobierno saudí tenía todo controlado, sin embargo, con la llegada de internet, el teléfono móvil y la televisión vía satélite, el gobierno ha perdido el control y todo ello en beneficio de la juventud, que tiene actualizada toda la información al detalle. Además, internet ha dado la posibilidad de escribir y publicar lo que queramos en la web totalmente gratis, sin papeleo, permisos y pudiendo llegar a todos los hogares del mundo en tiempo real y sin barreras. Para terminar, me gustaría concluir haciendo referencia al tema de la literatura bajo seudónimo que comentábamos antes. ¿Se trata de una corriente fuerte y permanente, o por el contrario, se marchitará con el tiempo

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