Jocelyne Cesari
Research Fellow in Political Science, Center for Middle Eastern Studies and Center for American Politics y directora del Islam in the West Program, Harvard University. [+ DEL AUTOR]

Musulmanes del sur de Asia en Europa y EEUU

La presencia de musulmanes indios, paquistaníes y bengalíes en occidente es consecuencia de la migración a Europa que tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial y de los cambios en la política de inmigración de Estados Unidos que se sucedieron después de 1965.

El mayor flujo de inmigrantes musulmanes hacia el Reino Unido se produjo en los años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de una época de descolonización. Tras la división de la India, muchos musulmanes del sur de Asia (la mayoría provenientes de Pakistán) llegaron al Reino Unido durante la década de los sesenta y setenta. Después de la guerra, el país se encontraba en proceso de reconstrucción de sus devastadas infraestructuras y economía, así que se benefició enormemente de la llegada de mano de obra barata.

Ikhlaq Din ha cuestionado la teoría de que “muchos paquistaníes que vinieron al Reino Unido… (eran) reacios a emigrar”. En cambio, sostiene que para muchas de esas personas “Inglaterra era vilayat, ‘un lugar de ensueño’”. Él respalda esta teoría señalando que muchos de los paquistaníes que llegaron al Reino Unido “pertenecían a las castas más bajas… y tenían pocas posibilidades de mejorar en Pakistán”.

Unas jóvenes montan su tienda al llegar al “Living Islam”

Unas jóvenes montan su tienda al llegar al “Living Islam”, evento organizado por la Sociedad Islámica del Reino Unido y que concentra a musulmanes de todo el país. Lincolnshire, Reino Unido, 28 de julio de 2005. / Stephen Pond /EFE

Aunque la mayoría de los musulmanes del sur de Asia que emigraron al Reino Unido después de la guerra procedían de Pakistán, también llegó una pequeña minoría de musulmanes de la India, y a éstos les siguió una nueva oleada de inmigrantes musulmanes de Bangladesh en la década de los ochenta.

Hacia el final de la década de los sesenta y principios de los setenta, también llegaron a Gran Bretaña musulmanes procedentes del este de África como consecuencia de las políticas de africanización de las antiguas colonias británicas. Fue durante aquel periodo cuando se establecieron en el Reino Unido musulmanes de Kenia, Tanzania y Uganda.

El censo británico de 2001 reveló que en el Reino Unido vivían aproximadamente 1,6 millones de musulmanes, que representaban un 2,7% de la población total. Esta población es “joven y de rápido crecimiento” (un 60% de la misma es menor de treinta años). Las ciudades con mayor población musulmana son: Londres (607.000), Birmingham (140.000), Manchester (125.000), Bradford (75.000) y Kirklees (39.000). Aunque aproximadamente el 50% de los musulmanes que viven en Gran Bretaña son de origen paquistaní o bengalí, la comunidad musulmana de dicho país es étnicamente diferente: “Los musulmanes del Reino Unido poseen orígenes étnicos diferentes: dos tercios proceden del sur de Asia, pero el 8% son de origen africano y el 12% son blancos”.

En Estados Unidos uno de los mayores grupos étnicos de población musulmana es el que proviene del sur de Asia. Su tamaño y diversidad reflejan la importancia que los musulmanes de esta procedencia tienen en todo el mundo. Cada uno de los tres países más grandes del sur de Asia (Pakistán, India y Bangladesh) cuenta aproximadamente con 140 millones de musulmanes, que sumados representan 1 de cada 4 en todo el mundo.

INMIGRACIÓN Y ADAPTACIÓN

Los patrones de adaptación de los inmigrantes del sur de Asia en Estados Unidos son representativos de diferentes procesos. Los expertos diferencian entre una asimilación lineal (en la que se da una asimilación completa a la cultura dominante con ningún o pocos marcadores étnicos), una asimilación segmentada (asimilación a una cultura no dominante; los marcadores étnicos pueden mantenerse) y una asimilación parcial (asimilación a la cultura dominante con algunos marcadores étnicos).

Un importante número de personas procedentes del sur de Asia comenzó a llegar a EEUU a principios del siglo XX, tras un cambio en las leyes de inmigración. Hacia finales de los años veinte, unos mil musulmanes procedentes del sur de Asia vivían en la costa oeste de EEUU. Se trataba principalmente de jóvenes del Punyab (una provincia dividida en la actualidad entre Pakistán y la India) que habían emigrado para trabajar en la agricultura. Debido a las restrictivas leyes raciales de la época, estos inmigrantes no podían ser dueños de granjas y, por tanto, no podían ganar lo suficiente para llevar a sus familias a EEUU. Muchos de estos hombres se casaron con mexicanas y crearon un nuevo tipo de identidad étnica. Sin embargo, se perdió una gran parte de su legado religioso.

En 1923 el Tribunal Supremo de EEUU se pronunció en lo que se conoce como caso Thind, donde se mantenía que la nacionalidad estadounidense era un derecho reservado a personas libres y blancas, excluyendo a las personas de origen sudasiático. Aunque inicialmente esta ley no estaba dirigida a los musulmanes, se amplió para que no pudieran optar a la nacionalidad estadounidense las personas que no fueran blancas y cristianas, lo que repercutió en las pequeñas comunidades musulmanas de todos los orígenes étnicos.

Una ley contra la poligamia, aprobada originalmente a consecuencia de las prácticas de los mormones, restringió la inmigración de musulmanes. En 1920, el muftí Muhammad Sadiq (miembro de la comunidad ahmadía) viajó a EEUU desde Inglaterra para establecer una misión islámica. Le prohibieron entrar en el país y lo detuvieron a la espera de su recurso porque temían que pudiera incitar a los americanos a la poligamia. Mientras estaba encarcelado convirtió a los primeros americanos al islam en territorio estadounidense. Su apelación prosperó y quedó libre al basar su razonamiento en que, aunque la tradición islámica permite la poligamia, ésta no es obligatoria. El establecimiento de una misión ahmadía impactó profundamente en la comunidad afroamericana de la época y se considera que jugó un papel crucial, aunque indirecto, en la creación de la organización Nación del Islam.

CAMBIO EN LA POLÍTICA

La inmigración a Estados Unidos desde los países del sur de Asia se vio limitada hasta 1965, año en el que se levantaron las restricciones basadas en las cuotas raciales y se establecieron las preferencias para que emigraran estudiantes y profesionales. En 1986 se produjo una importante segunda reforma jurídica que permitió la reunificación familiar, provocando un aumento significativo del número de inmigrantes. Como resultado de este drástico incremento, las comunidades de inmigrantes del sur de Asia tuvieron que ocuparse, de un modo en el que no habían tenido que hacerlo en los periodos iniciales, de asuntos como la construcción de edificios como mezquitas y escuelas y del desafío que suponía el multiculturalismo.

El establecimiento de una misión ahmadía impactó en la comunidad afroamericana y se considera que jugó un papel crucial en la creación de la organización Nación del Islam

Entre 1966 y 1972, el 80% de los inmigrantes registrados eran trabajadores técnicos y profesionales, cifra que reflejaba las preferencias para aceptar inmigrantes. El antiguo sistema educativo colonial del subcontinente asiático garantizaba que los inmigrantes poseían cierto grado de competencia en inglés y, como mínimo, el equivalente de un título de enseñanza superior. Sin embargo, en parte debido a las leyes de reunificación familiar y a la posibilidad de que las personas con permiso de residencia pudiesen traer a otros inmigrantes a territorio estadounidense, se alteró la demografía de la comunidad. A partir de 1986 comenzaron a llegar a EEUU, procedentes del sur de Asia, trabajadores con un nivel educativo relativamente más bajo y, como consecuencia de esta nueva oleada de inmigrantes, los ingresos medios de los musulmanes que ya vivían en el país disminuyeron considerablemente. Con el crecimiento de una población de trabajadores no profesionales, los inmigrantes sudasiáticos comenzaron a moverse hacia el sector servicios y al minorista, trabajando en quioscos de periódicos, pequeñas tiendas, restaurantes, gasolineras, taxis y en profesiones similares.

Según el censo del año 2000, en EEUU viven unos dos millones de personas de ascendencia sudasiática. Sin embargo, debido al modo en que las preguntas del censo están estructuradas, es imposible determinar con precisión los países de origen y las filiaciones religiosas; además, la mayoría de los analistas creen que, al ser el mismo inmigrante el que suministra la información, su número queda subestimado en gran medida. La mayoría calcula que el número de musulmanes de origen sudasiático asciende al 25% del total de los seis millones de población musulmana del país, es decir, 1,5 millones.

Los idiomas más importantes que esta población habla, aparte del inglés, son el urdu-hindi, guyaratí, punyabí y bengalí. Los musulmanes de la India generalmente proceden de Hyderabad y de Guyarat, mientras que la mayoría de los paquistaníes emigran desde los centros urbanos de Lahore, Karachi, Faisalabad, Hyderabad y Peshawar; los bengalíes provienen sobre todo de los centros urbanos de Dhaka y Chittagong. Los Estados con mayor número de musulmanes sudasiáticos son California (Los Ángeles), Nueva York, Nueva Jersey, Illinois y Texas. Aunque recientemente se han llevado a cabo escasos estudios demográficos en estos Estados, los realizados en Nueva York e Illinois muestran que el número de musulmanes sudasiáticos es de 110.000 y 400.000, respectivamente. La falta de datos demográficos sobre esta población impide conocer con exactitud los niveles medios de educación e ingresos de la misma.

Las condiciones socioeconómicas de los musulmanes sudasiáticos varían ampliamente dependiendo del nivel educativo, de la nacionalidad y del lugar. Las tasas de desempleo de los musulmanes que viven en el Reino Unido son desproporcionadamente altas. Según pone de manifiesto la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido (Office for National Statistics, ONS) en su Encuesta Anual sobre la Población de 2004, las tasas de desempleo de la población musulmana eran más altas que las de cualquier otra religión, tanto para hombres como para mujeres. En 2004, el 13% de los hombres musulmanes del Reino Unido se encontraban en situación de desempleo, cifra tres veces más elevada que la de los hombres cristianos (4%). Los musulmanes de edades comprendidas entre los 16 y los 24 años eran los que presentaban la tasa de desempleo más elevada (un 28%), comparada con el 11% de los hombres cristianos de la misma franja etaria. La encuesta de la ONS también reveló que “en el Reino Unido, los hombres y mujeres en edad de trabajar que profesan la fe islámica son… más propensos a encontrarse en situación de inactividad económica que otros grupos, es decir, que no se encuentran disponibles para trabajar y/o que no están buscando trabajo activamente”.

Las tasas de desempleo de musulmanes en el Reino Unido son más altas que las de cualquier otra religión, tanto para hombres como para mujeres

Muhammad Anwar afirma que en Birmingham (la ciudad inglesa con mayor población musulmana después de Londres) existe una fuerte correlación entre las áreas de la ciudad en las que se concentra un mayor número de musulmanes y las áreas de la ciudad con las tasas de desempleo más elevadas.

Los patrones de segregación residencial no han surgido necesariamente a causa de la elección de la minoría implícita en los discursos de autosegregación. Sino que determinadas desigualdades en el acceso al poder y a los recursos y los patrones sostenidos de establecerse en zonas urbanas deprimidas obedecen probablemente a las decisiones tomadas por instituciones y personas no musulmanas.

En resumen, las injusticias estructurales, la discriminación institucional, el racismo (real o el que se percibe, o ambos) y otros muchos factores han supuesto que a los musulmanes les haya ido relativamente mal en el mercado inmobiliario británico. Además, cabe destacar que “la desventaja derivada de la exclusión del mercado inmobiliario se vio reforzada por el lugar tan débil que ocupa esta minoría en el mercado laboral”.

Por otra parte, en EEUU los musulmanes sudasiáticos pertenecen a la clase media alta y viven en barrios ricos y, por lo general, no sufren segregación o discriminación específica debido a su procedencia. Sin embargo, en ambos países, el estatus de sudasiático viene definido por una interacción entre raza, etnicidad y religión específicos de cada sociedad.

MUSULMANES DEL SUR DE ASIA EN EL ESPACIO PÚBLICO: ENTRE ISLAM, ETNICIDAD Y RAZA

La enorme protesta pública que se vivió durante todo el caso Rushdie creó las condiciones para una crítica de la cultura pública en el Reino Unido. Igual que sucedió con las revueltas raciales de 1958 y 1981 y con el famoso discurso de los “ríos de sangre” de Enoch Powell en 1968, el caso Rushdie marcó un hito en la evolución de las relaciones raciales en Gran Bretaña. Hasta ese momento, los miembros de la población mayoritaria habían dominado el debate sobre multiculturalismo, mientras que las minorías permanecían pasivas desde el punto de vista político.

Antes del caso Rushdie, el término “integración” hacía referencia a la asimilación socioeconómica, al tiempo que se mantenían algunas especificidades culturales o étnicas, como el idioma o la cultura. Tras el caso Rushdie, la cuestión islámica dio forma al debate sobre la integración. Hasta 2008, el Reino Unido contaba con una ley secular “contra la blasfemia” cuyo propósito era proteger “los principios y creencias de la Iglesia de Inglaterra”. En los últimos años esta ley fue criticada y algunos líderes musulmanes habían pedido que fuese ampliada para ofrecer la misma clase de protección a todas las religiones, mientras que otros grupos, como la Sociedad Secular Nacional (National Secular Society), afirmaban que la ley debía ser abolida. En mayo de 2008, la ley fue derogada por el Parlamento británico.

Actualmente en el Reino Unido, el debate sobre la identidad británica y el futuro del multiculturalismo continúa. En particular, existen discrepancias sobre el papel que el islam y otras religiones deberían jugar en la vida pública y hasta qué punto puede describirse al Reino Unido como una sociedad “secular”. En el año 2000, la Comisión para el Futuro de una Gran Bretaña Multiétnica (Commission on the Future of Multi-Ethnic Britain) publicó un informe, que más tarde se conoció como informe Parekh (llamado así por el presidente de la comisión, Lord Parekh), que sugería que “la historia nacional y la identidad nacional” tenían que replantearse. El informe y sus posibles implicaciones causaron bastante controversia en el Reino Unido.

La policía de Londres monta guardia a la entrada del metro en la estación de Whitechapel

La policía de Londres monta guardia a la entrada del metro en la estación de Whitechapel, barrio con una importante población musulmana. Londres, Reino Unido, 18 de marzo de 2004. / Fernando Mañoso /EFE

Existen varios ejemplos de la creciente tensión sobre el tema del islam y el multiculturalismo en el Reino Unido. En particular, el actual arzobispo de Canterbury, el Dr. Rowan Williams, suscitó recientemente un agitado debate al sugerir que algunos aspectos de la sharía se podrían incorporar a las leyes británicas. Estos comentarios parecen haber supuesto un gesto bienintencionado de entendimiento, pero recibieron una amplia crítica. Incluso Williams sostuvo que sus palabras habían sido tergiversadas.

La cercana relación histórica entre la iglesia anglicana y el gobierno británico podría, de hecho, beneficiar a los musulmanes en algunos aspectos. Fetzer y Soper afirman que en el Reino Unido “la existencia de un establishment religioso ayuda explícitamente a los musulmanes”, al ofrecerles un medio para conseguir un cambio político y una opinión que sea escuchada por el gobierno, tal como se puso de manifiesto en la presión que recientemente ejercieron los musulmanes británicos para conseguir financiación estatal para las escuelas islámicas.

En tanto que minoría religiosa y étnica en EEUU, los musulmanes sudasiáticos dirigen los asuntos de autorrepresentación entre esas categorías, optando a veces por la identidad religiosa y otras por la identidad étnica. Las organizaciones que se encargan de esta comunidad en EEUU se pueden clasificar según los intereses particulares de los que se ocupan: religiosos, étnicos o una combinación de los mismos. Las primeras consisten en grupos basados únicamente en la identidad religiosa como la Sociedad Islámica de Norteamérica (Islamic Society of North America, ISNA), el Círculo Islámico de Norteamérica (Islamic Circle of North America, ICNA) y la Sociedad Musulmana Americana (Muslim American Society, MAS). El ICNA y la Asociación Musulmana Americana (American Muslim Association, AMA) cuentan con una importante presencia de musulmanes originarios del sur de Asia. Varios de los líderes de organizaciones musulmanas nacionales son también de ascendencia sudasiática: Muzammil Siddiqi (nacido en 1943), que obtuvo su doctorado en la Universidad de Harvard, fue el director de la Sociedad Islámica de Norteamérica desde 1996 hasta el año 2000 y en la actualidad ocupa el cargo de presidente del Consejo Fiqh de Norteamérica (Fiqh Council of North America); Faisal Alam (nacido en 1977) que fundó Al-Fatiha (1998), una organización para gays, lesbianas y transexuales musulmanes.

En EEUU los musulmanes sudasiáticos pertenecen a la clase media alta y viven en barrios ricos y, por lo general, no sufren segregación o discriminación específica debido a su procedencia

Los siguientes son los grupos que se basan en la identificación con los países de origen (India, Pakistán y Bangladesh) y que están intentando aprovechar los recursos de la diáspora. Estas organizaciones son la Fundación Internacional (International Foundation) con base en Nueva York, una organización paquistaní para ayuda en las catástrofes, y la Federación Americana de Musulmanes de Origen Indio (American Federation of Muslims of Indian Origin), una organización benéfica para el desarrollo de las minorías indias musulmanas fundada en 1989.

Por último, hay grupos que pueden tener una relación religiosa pero que favorecen una identidad nacional, como la Asociación Bengalí de América (Bangladesh Association of America, Inc.), un grupo para establecer relaciones sociales fundado en 1972 y con base en Washington DC, y el Comité de Asuntos Públicos Paquistaní-Americano (Pakistani American Public Affairs Committee, PAKPAC), un grupo para la defensa de los intereses de los americanos paquistaníes fundado en 1990, también en Washington, DC. Otros colectivos favorecen la identidad étnica sobre cualquier identidad religiosa, como Desis en Pie y Adelante –Desis Rising Up and Moving, DRUM, drumnation.org– (el término “desis” hace referencia a los inmigrantes procedentes del sur de Asia), un grupo fundado en Nueva York a principios del año 2000 para defender los derechos de los inmigrantes de esta región, pero que desde el 11 de septiembre se encarga de las injusticias cometidas contra cualquier grupo de inmigrantes. Estos grupos se organizan a nivel nacional, pero se pueden encontrar organizaciones similares a nivel de los diferentes Estados y ciudades.

Tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, los musulmanes del sur de Asia comenzaron a organizarse políticamente. Antes de esa fecha, el Consejo para las Relaciones Islámico-Americanas (Council of American-Islamic Relations, CAIR) y la Sociedad Musulmana Americana eran las principales asociaciones políticas panislámicas disponibles para los musulmanes americanos. Sin embargo, desde el 11-S, algunos miembros de la comunidad musulmana de EEUU se han puesto en primer plano para exigir derechos para su comunidad. Por ejemplo, en 2002 Samar Kaukab (ahora Samar Kaukab Ahmad), una americana de origen paquistaní, denunció a los miembros de la empresa de detectores de metales de un aeropuerto que la obligaron a quitarse el pañuelo con el que se cubría la cabeza para registrarla a causa de su perfil racial.

La mayoría de los musulmanes votó a George W. Bush en 2000, debido a la defensa de los valores de la familia que hacía el Partido Republicano y a la garantía de revocar algunos aspectos del Proyecto de la Ley contra el Terrorismo

Basándonos en los datos obtenidos de las elecciones presidenciales del año 2000, observamos que la mayoría de los musulmanes votó a George W. Bush debido a la defensa de los valores de la familia que hacía el Partido Republicano, así como al hecho de que Bush garantizara que revocaría determinados aspectos del Proyecto de la Ley contra el Terrorismo (Omnibus Counter-Terrorism Act) de 1996, incluyendo las disposiciones relativas a las detenciones secretas. Aunque es difícil obtener datos específicos sobre las diferentes etnias, no hay ninguna razón para creer que los musulmanes del sur de Asia no siguieran esta tendencia de voto. En 2004, la comunidad se dividió en el campo político y aparecieron campañas como Musulmanes a favor de Bush (ahora Musulmanes a favor de América, aunque parece que siguen representando los intereses republicanos), Musulmanes a favor de Kerry, Musulmanes a favor de Kucinich y Musulmanes a favor de Dean. Los musulmanes sudasiáticos participaron activamente en la campaña de Bush como benefactores, con relativamente poca o ninguna aportación política; mientra que tanto John Kerry como Howard Dean contaban con musulmanes de ascendencia sudasiática en sus equipos de política interior y exterior.
Por otra parte, en el Reino Unido los musulmanes del sur de Asia sí que se encuentran representados políticamente. En las elecciones de mayo de 2005, había cuarenta y ocho candidatos musulmanes en los tres partidos más importantes. Pero sólo cuatro de ellos consiguieron ganar. Esto dio lugar a que se insinuara que los principales partidos políticos no querían nombrar a candidatos para escaños que pensaban que podían ganarse en las elecciones. Los cuatro miembros del Parlamento británico que son musulmanes pertenecen al Partido Laborista: Shahid Malik y Sadiq Khan fueron elegidos por primera vez en 2005 y Mohammad Sarwar y Khalid Mahmood fueron reelegidos en ese mismo año. El Parlamento Europeo cuenta con dos miembros musulmanes: Syed Kamall y Sajjad Karim.

En la Cámara de los Lores también hay varios miembros musulmanes: Baronesa Paula Uddin, Lord Nazir Ahmed, Lord Patel de Blackburn, Baronesa Kishwar Falconer y Lord Amir Bhaita. Otros musulmanes importantes en el panorama político son Sayeeda Warsi (vicepresidenta del Partido Conservador) y Fiyaz Mughal (del Partido Liberal Democrático).

Paradójicamente, la situación de los musulmanes asiáticos en el Reino Unido parece más crítica que la de los residentes en Estados Unidos, ya que, aunque ambos comparten el endurecimiento de las leyes de inmigración y seguridad, el nivel de discriminación que sufren los musulmanes asiáticos en la sociedad británica sigue siendo mayor que el de la comunidad estadounidense.

SEGURIDAD, INMIGRACIÓN Y DERECHO

El Reino Unido es miembro del Convenio Marco para las Minorías Nacionales y proclama una política de integración basada en valorar y promover la diversidad cultural. A medida que los musulmanes llevan la integración a la sociedad británica, desafían al resto de la sociedad a que cambie y se adapte a fin de asegurarse la inclusión de sus valores y su cultura característicos. En general, los musulmanes gozan del derecho a practicar su religión, aunque existan ciertos obstáculos derivados de las muchas prácticas sociales estructuradas alrededor de supuestos cristianos, que dan cabida a las necesidades de los cristianos pero no a las de las creencias minoritarias.

El Reino Unido también forma parte de la mayoría de los instrumentos internacionales que piden el respeto y la protección de las minorías, aunque cuenta con excepciones importantes como su negativa a firmar el Primer Protocolo Facultativo del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (ICCPR, por sus siglas en inglés) y el Protocolo 12 al Convenio Europeo de los Derechos Humanos (ECHR, por sus siglas en inglés). La ratificación de un tratado internacional no conduce automáticamente a su incorporación en las leyes nacionales, aunque en el Reino Unido la Ley de los Derechos Humanos de 1998 (Human Rights Act 1998, HRA) ya incorpora al sistema legal británico algunos de los derechos que recoge el ECHR.

La estructura constitucional se añade a la complejidad del marco para la protección de minorías. Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte tienen sus propios sistemas jurídicos y esta transferencia de las administraciones permite que desarrollen sus propias políticas sobre la igualdad de oportunidades; aunque todas se encuentran ligadas por la legislación de transferencia de competencias para evitar que actúen en modos que sean incompatibles con lo que establece el ECHR. La religión y la discriminación religiosa, además, tienen un significado diferente dependiendo de la región del Reino Unido. En Irlanda del Norte y Escocia, la discriminación religiosa hace referencia más a las tensiones sectarias que existen entre los protestantes y las comunidades de católicos. Este hecho afecta a la postura hacia los asuntos relativos a la comunidad musulmana. Por ejemplo, en Escocia, algunos consideran a los colegios religiosos como parte del problema en lo que se refiere a la división sectaria: “la gente piensa que la solución es tratar a todo el mundo igual: no es tener servicios diferentes, ni educación diferente o cubrir las necesidades de los musulmanes”.

El Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas recoge en las observaciones finales sobre el quinto informe periódico del Reino Unido que dicho país debe dar los pasos necesarios “para garantizar que todas las personas estén protegidas contra la discriminación a causa de sus creencias religiosas”. La Unión Europea ha presionado mucho al Reino Unido para que enmiende su legislación y su política para luchar contra la discriminación por motivos religiosos o de creencias.

En 2003, se introdujo la Ley para la Igualdad Laboral (por religión o creencias) en el Reino Unido (Employment Equality –Religion or Belief– Regulations). Esta nueva ley ha convertido en un auténtico deber para las autoridades públicas el promover la igualdad y eliminar la discriminación. Estos deberes se aplican a la convocatoria de ofertas, a la prestación de subsidios y subvenciones, licencias y franquicias. Estas funciones requieren que las personas que contratan adquieran la responsabilidad de lograr dicha equidad mediante el desarrollo de planes para la igualdad laboral y salarial. La Asociación de Abogados Musulmanes del Reino Unido (Association of Muslim Lawyers) ha reconocido que estas leyes “proporcionan cierta protección contra la discriminación religiosa en el lugar de trabajo”.

En el Reino Unido, la Ley contra el Terrorismo del año 2000 (Terrorism Act of 2000), vino a reemplazar a las anteriores leyes antiterroristas, a saber: la Ley para la Prevención del Terrorismo (Disposiciones Provisionales) de 1989 y la Ley para Irlanda del Norte (Disposiciones de Emergencia) de 1996 (Prevention of Terrorism Act y Northern Ireland Act, respectivamente). La asociación con grupos prohibidos, incluyendo la participación en foros en los que estos grupos aparecieran, se consideraría un delito. Unos poderes para las fuerzas del orden más específicos eran similares a las disposiciones que existían en el sistema jurídico británico antes de la Ley contra el Terrorismo. La policía tenía derecho a arrestar y registrar sin una orden judicial a las personas que considerasen posibles terroristas. Se estableció un sistema jurídico aparte para los delitos de terrorismo. Esto incluye tribunales especiales sin acceso a juicios con jurado, como los que el Reino Unido ha estado usando en Irlanda del Norte. Tener acceso a un abogado se vio restringido en comparación con lo que sucedía en otros tipos de delitos y las normas para llevar a cabo interrogatorios se relajaron. Prácticamente todos los grupos nacionales prohibidos estaban asociados al conflicto de Irlanda del Norte, mientras que la mayoría de los grupos internacionales eran islámicos en algún sentido. Con el descenso de la amenaza de Irlanda del Norte y el aumento de la amenaza del terrorismo islámico, este énfasis se ha cambiado.

El nivel de discriminación que sufren los musulmanes asiáticos en la sociedad británica sigue siendo mayor que el de la comunidad estadounidense

En noviembre de 2001, el Reino Unido publicó un nuevo proyecto de ley sobre la lucha antiterrorista, el crimen y la seguridad. Este proyecto de ley estaba dirigido a tratar los problemas de terrorismo desde sus fuentes internacionales y, por tanto, diferenciaba entre el terrorismo asociado a Irlanda del Norte y el asociado al radicalismo islámico. Por ejemplo, la ley permitía la detención indefinida de ciudadanos extranjeros que se consideraban peligrosos para ser deportados a sus países de origen. Aunque la designación de dicho estatus dependía exclusivamente del criterio del Ministro del Interior, se podía recurrir a una comisión especial de inmigración. Desde que se promulgó la ley, al menos 500 personas han sido detenidas, aunque la gran mayoría han acabado siendo liberadas.

Otras disposiciones permitían el embargo y la confiscación de los fondos asociados al terrorismo o a grupos prohibidos, limitaban los requisitos para revelar información para las investigaciones antiterroristas y dejaban que fuesen los fiscales los que determinasen la información que se podía revelar. Las personas están obligadas no sólo a abstenerse de asociarse con individuos sospechosos de ser terroristas y con organizaciones prohibidas, sino que también tienen la obligación de informar sobre cualquier sospecha a las autoridades, con sanciones penales para aquéllos que no lo cumplan. Las autoridades podrán detener e interrogar a las personas antes de que se cometan actos terroristas más que en respuesta a los mismos. Además, ahora el Estado puede obligar a las empresas de telecomunicaciones a conservar información referente a las actividades de sospechosos de terrorismo. Otros aspectos de la ley afectan al uso y al transporte de armas biológicas, químicas y nucleares, a los requisitos del permiso para obtener patógenos o toxinas y al aumento de las sanciones por los delitos relacionados con la seguridad en los aviones.

En 2006, el gobierno británico introdujo una legislación aún más controvertida. El borrador original de la Ley contra el Terrorismo (2006) permitía que las personas sospechosas de terrorismo pudieran llegar a pasar hasta 90 días detenidas sin juicio. Éste fue un asunto particularmente polémico y, mientras que la policía y el gobierno de Tony Blair estaban a favor, fue muy criticado por los miembros del Parlamento, basándose en que minaba el compromiso histórico de Gran Bretaña con las libertades civiles. Aunque la ley fue aprobada, esta parte fue acertadamente rechazada por la Cámara de los Comunes el 9 de noviembre de 2005. Tony Blair había dicho previamente en el Parlamento aquel mismo día que “a veces es mejor perder y hacer lo correcto que ganar y hacer algo equivocado”. Aquella fue la primera derrota de Blair en la Cámara de los Comunes desde que se convirtiera en primer ministro. Sin embargo, el gobierno consiguió ampliar la legislación, lo que se tradujo en que los sospechosos de terrorismo podrían, al ser aprobada la ley de 2006, ser retenidos durante un máximo de 28 días sin juicio.

Un estudio realizado por el Instituto de Relaciones Raciales de Londres sugiere que algunas de las nuevas leyes antiterroristas se han empleado de una manera aplastante contra acusados musulmanes. De los cientos de arrestos sólo unos cuantos han acabado hasta ahora en condenas. También ha habido una tendencia a ampliar las leyes antiterroristas para que cubran los delitos comunes y la violación de las leyes de inmigración que puedan cometer los musulmanes. De los casos que se han revisado, uno de cada ocho era el de un musulmán arrestado por delitos de terrorismo y entregado a las autoridades de inmigración sin ningún tipo de acusación por los supuestos delitos iniciales. Varios musulmanes han sido arrestados por delitos como estafas con tarjetas de crédito a causa del aumento del poder que las leyes antiterroristas proporcionan a la policía. El número de sudasiáticos que se detienen para ser registrados ha sido desproporcionadamente alto en los últimos años. Y en Londres se ha producido un importante incremento. En 2003, se denunció que las personas del sur de Asia tenían dos veces y media más posibilidades de ser detenidas y registradas que los blancos. Sin embargo, el gobierno británico aseguró que no ejercería políticas selectivas contra los musulmanes en respuesta a los ataques del 7 de julio.

El 7 de julio de 2005, cuatro musulmanes nacidos en el Reino Unido colocaron bombas en el metro de Londres y 52 personas fueron asesinadas. El cabecilla de la campaña terrorista parece haber sido Mohammed Sidique Kahn, uno de los terroristas que colocó las bombas. Vivía en la zona de Beeston, en Leeds, y sólo unos meses antes de los atentados había estado trabajando como profesor ayudante en la Escuela Primaria Hillside. Tras los ataques, apareció un vídeo en la cadena de televisión árabe Al Yazira en el que explicaba sus motivos. Es probable que la participación del Reino Unido en las guerras de Iraq y Afganistán estuviera entre las causas que condujeron a los atentados. Muchas personas también afirman que un gran sentimiento de desilusión con la sociedad británica (y específicamente con el lugar que los musulmanes ocupan en ella) podría haber sido el causante.

Algunas de las nuevas leyes antiterroristas se han empleado de manera aplastante contra acusados musulmanes, según el Instituto de Relaciones Raciales de Londres

A raíz de los atentados de Londres se emitieron dos informes muy importantes: el Informe de la Versión Oficial y el Informe de los Servicios de Inteligencia y Seguridad sobre los ataques terroristas de Londres del 7 de julio de 2005. El primer informe concluyó que “el alcance de la implicación de al-Qaida no está claro” y que “sigue sin quedar claro si hubo más personas en el Reino Unido implicadas en radicalizar o en incitar al grupo o en ayudarlo a planear y llevar a cabo los ataques”. Dos semanas después de los ataques del 7 de julio, el 21 de julio de 2005, hubo cuatro intentos más de ataques con bombas en la red de transportes de Londres, aunque éstos fracasaron. En agosto de 2006, las autoridades británicas frustraron otro importante complot terrorista, en el que el plan era aparentemente hacer explotar un avión sobre el océano Atlántico durante un vuelo entre el Reino Unido y Estados Unidos. Parece ser que las personas implicadas habían planeado usar líquidos para llevarlo a cabo.

Una mujer musulmana pasa junto al escaparate de una tienda erótica

Una mujer musulmana pasa junto al escaparate de una tienda erótica. Londres, Reino Unido, 30 de septiembre de 2009. / Andy Rain /EFE

Tras los atentados del metro de Londres, el gobierno introdujo una serie de nuevas medidas antiterroristas, en particular la Ley contra el Terrorismo de 2006 (ver más arriba). A partir de estas medidas, el Reino Unido deportó al menos a 500 extremistas sospechosos durante las semanas posteriores al ataque, los servicios de inteligencia británicos crearon unidades de seguridad internas para vigilar a los musulmanes sospechosos de simpatizar con al-Qaida y la policía puso en marcha una nueva política de “disparar a matar” en los casos de sospecha de terrorismo. Esta última medida generó una gran polémica, en parte avivada por la muerte de un inmigrante brasileño por la policía al sospechar que se trataba de un terrorista. A consecuencia de este incidente se hizo pública la política de la policía y su falta de veracidad ante las investigaciones.

El 11 de junio, el gobierno aprobó una controvertida medida que permitía que los sospechosos de terrorismo pudieran ser retenidos 42 días sin cargos. La medida anterior permitía retenerlos 28 días sin cargos. En 2006, se aprobó en el Parlamento británico la Ley sobre el Odio Racial y Religioso (Racial and Religious Hatred Act). La mayor parte de dicha ley ya había sido aplicada en el Reino Unido y, aún más importante, además de la prohibición de las prácticas que promueven el odio racial, en esta ley se incluyeron las prácticas que promueven el odio religioso. Aunque este aspecto de la ley proporciona a los musulmanes una protección con la que no contaban previamente, una disposición que exija que sean considerados delitos tanto el incitar al odio como tener la intención de incitar al odio limita la libertad de expresión y podría ser usada contra la comunidad. En 2007, esta ley proporcionó las bases para deportar a Sheikh Abdullah al-Faisal (que, según se cree, tuvo una gran influencia sobre uno de los terroristas del atentado de Londres) por un delito de incitación al odio racial.

PREJUICIOS Y DISCRIMINACIÓN

En el Reino Unido, los musulmanes del sur de Asia han sufrido prejuicios en las viejas universidades (es decir en las anteriores a 1992). La posibilidad de ser admitido en una de ellas es tres veces más alta para un blanco que para un paquistaní o un bengalí con la misma preparación. Además, en los centros de enseñanza secundaria, estos estudiantes obtienen peores resultados y acaban estando menos cualificados. El sentimiento antimusulmán en el Reino Unido, aunque ya era problemático antes del 11 de septiembre, parece haber empeorado. Las agresiones, los incendios voluntarios y otros tipos de actos violentos alcanzaron su punto más alto tras los atentados de Londres, pero han permanecido altos desde entonces. Un estudio de 2004 realizado por la Comisión Islámica de Derechos Humanos (IHRC por sus siglas en inglés) reveló que el 80% de los musulmanes había sufrido discriminación por sus creencias, por encima del 45% del año 2000 y del 35% de 1999. La IHRC atribuyó estos cambios tanto al aumento de la hostilidad como a que los musulmanes tenían más conciencia sobre la discriminación. Tras los atentados de Londres, los delitos motivados por el odio hacia determinados grupos sociales aumentaron mucho en dicha ciudad. Scotland Yard informó de 269 delitos en las tres semanas siguientes a los ataques, mientras que sólo se habían registrado 40 en la misma fecha el año anterior.

En Inglaterra y Gales, los musulmanes representan el 7,71% de la población de reclusos, aunque en realidad los musulmanes sólo representan el 3% de la población total. Al mismo tiempo, el Informe sobre la Investigación de la muerte de Zahid Mubarek (publicado el 29 de junio de 2006) puso de manifiesto que las medidas implementadas en diciembre de 2005 para la igualdad racial están cumpliendo con sus objetivos, haciendo que las prisiones británicas sean más seguras en lo que se refiere a la discriminación de los musulmanes. Cabe destacar también que existen variaciones significativas en la población de reclusos: el 74% de los prisioneros chinos y del sur de Asia son musulmanes, pero éstos sólo representan el 29% de la población musulmana total de las cárceles.

La Ley para la Igualdad prohíbe discriminar por motivos religiosos, de creencias o por la orientación sexual a personas a las que se les suministran bienes, en el acceso a instalaciones o servicios, a la hora de comprar o arrendar terrenos, en la educación o en el ejercicio de las funciones públicas. La ley recibió el apoyo del Consejo Musulmán de Gran Bretaña, aunque algunos musulmanes (así como la iglesia católica de Inglaterra) criticaron las secciones de la ley en las que se prohíbe la discriminación por motivos de orientación sexual. La parte que generó más controversia fue la que determinaba que las agencias de adopción católicas ya no podrían rechazar las solicitudes de las parejas homosexuales que quisieran adoptar niños.

Con respecto a la percepción pública del islam, en 1997 un importante informe elaborado por el Runnymede Trust investigó el sentimiento antimusulmán en el Reino Unido. En general, se acepta que el término “islamofobia” se originó a raíz de dicho informe. Un estudio publicado en 2005 por un grupo del St. John’s College reveló que los adolescentes británicos tienen cada vez más posibilidades de desarrollar una actitud negativa hacia los musulmanes y de simpatizar con organizaciones políticas de ultraderecha como el National Front.

COBERTURA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y DISCURSO INTELECTUAL

John E. Richardson afirma en su libro (Mis)Representing Islam: the racism and the rhetoric of British broadsheet newspapers que “la información que ofrece la prensa británica se encuentra dominada por supuestos y productos racistas”. En su investigación (con datos reunidos sistemáticamente durante varios meses y en la que se presta especial atención a los patrones dominantes de suministro de la información), Richardson se encontró con que “el hecho de que algunos países fuesen musulmanes era una información que quedaba persistentemente en un segundo plano o no se mencionaba” (como en el caso de Indonesia, por ejemplo, el país con la mayor población musulmana del mundo), mientras que “para determinados países esta información se ofrecía persistentemente en primer plano”. Richardson también sostiene que “cuanto más comunes son las decisiones políticas de los países musulmanes… menos son entendidas en relación a su condición de países musulmanes”.

El islam se ha enfatizado en exceso como el principal marcador de identidad de los musulmanes procedentes del sur de Asia de un modo que no refleja realmente la diversidad religiosa y cultural dentro de esta comunidad

Elizabeth Poole sostiene que “una crisis de identidad nacional y una construcción defensiva de una cultura nacional común para proporcionar estabilidad y seguridad… excluye a los musulmanes de lo británico”. Poole afirma que “la cobertura que los medios de comunicación ofrecen del islam británico representa un proyecto decidido al cierre cultural” y que dichos “patrones de representación… legitiman las actuales relaciones sociales de dominación, de estructuras de poder y por tanto los patrones continuados de discriminación”. De hecho, muchos expertos han observado que en el Reino Unido, “lo británico” a menudo tiende a asociarse tácitamente con “ser blanco”, lo que se traduce en que a algunos musulmanes británicos (así como a otros ciudadanos británicos que proceden de minorías étnicas) quizá les cueste mantener un fuerte sentido de identidad británica. Poole también hace hincapié en la tendencia a homogeneizar a los musulmanes en el Reino Unido, afirmando que “la prensa muestra un alto grado de homogeneidad en temas asociados al islam”. Y apunta a “la ausencia de diversidad en las imágenes que los medios de comunicación ofrecen del islam”.

DISCURSO POLÍTICO

Aunque el discurso político en el Reino Unido ha mantenido por lo general un tono tolerante, el British National Party (BNP) ha venido elaborando un mensaje cada vez más antimusulmán. Durante los últimos años, parece que su popularidad está aumentando. Sin embargo, los seguidores del partido siguen siendo alrededor del 5% de la población. En las elecciones locales de mayo de 2008, el BNP consiguió un escaño en la Asamblea de Londres, obteniendo un 5,3% de los votos.

Las elecciones de 2005 supusieron un caso de prueba interesante para el poder político musulmán, en un ambiente de interés político exacerbado. Los musulmanes se oponían totalmente a que el Reino Unido participase en la guerra en Iraq y los conservadores y los demócratas liberales hicieron grandes esfuerzos para conseguir sus votos. En un distrito del este de Londres con una gran población de musulmanes del sur de Asia, el ex laborista y miembro del Parlamento, George Galloway, consiguió derrotar a una popular candidata laborista recalcando enérgicamente su oposición a la guerra en Iraq. Sin embargo, al final parece que el voto musulmán consiguió influir en varias campañas, pero no fue decisivo a nivel nacional.

La invasión de Iraq fue muy impopular en el Reino Unido. Tras los atentados de Londres, muchos se preguntaron si la decisión del Gobierno de aliarse con EEUU para invadir Iraq no habría contribuido al problema del radicalismo. Un memorándum aprobado por Jack Straw, ministro de Exteriores, apoyó esta idea. La Federación de Sociedades de Estudiantes Islámicos llevó a cabo una encuesta en agosto de 2005 entre los estudiantes musulmanes y encontró que el 95% se oponían a la política británica y un 66% creían que la invasión de Iraq había contribuido a los problemas de terrorismo en el Reino Unido. El 5 de abril de 2007, el Gobierno anunció un nuevo plan de acción para aumentar la colaboración con las comunidades musulmanas para aislar, prevenir y acabar con el extremismo violento, y anunció que iba a proporcionar cinco millones de libras durante el periodo 2007-2008 para apoyar a las autoridades locales en su lucha contra el extremismo violento en sus comunidades.

En su primer discurso sobre contraterrorismo en enero de 2008, el secretario de Estado, Jacqui Smith, habló de “extremismo violento” (en contraposición con “extremismo islámico”). Este cambio en el lenguaje que el gobierno británico emplea para hablar del terrorismo evidencia el continuo desarrollo de las políticas de contraterrorismo del gobierno.

CONCLUSIÓN

Los musulmanes del sur de Asia en Estados Unidos y en Europa comprenden un grupo variado desde el punto de vista étnico, social y religioso. Las diferencias en las comunidades de musulmanes en ambos países provienen de una variedad de métodos, causas y condiciones de inmigración, así como de la disparidad del estatus socioeconómico entre los inmigrantes. Sin embargo, desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 y del 7 de julio de 2005, en Nueva York y Londres respectivamente, el tratamiento de estas diferencias ha evolucionado significativamente. Las diferencias étnicas y sociales de los musulmanes sudasiáticos se han ido minimizando como características clave a favor de centrarse en la religión como factor unificador del grupo. De este modo, el islam se ha enfatizado en exceso como el principal marcador de identidad de los musulmanes procedentes del sur de Asia de un modo que no refleja realmente la diversidad religiosa y cultural dentro de la comunidad inmigrante.

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